Langrina

Fuimos el mes pasado con reserva. Todo riquísimo y trato excelente. La dueña salió para disculparse por si se habían retrasado con los platos pero en ningún momento tuvimos que esperar mucho tiempo y el camarero también fue muy amable explicó los platos y fue siempre muy disponible. Lo recomiendo.....y muchísimas gracias por la conchita tengo un recuerdo muy bonito❤️ Ps. Comimos el pulpo y la torrija pero no tengo fotos!

Sitio escondido y con mucho encanto, qué suerte decidir entrar. Gracias a Sesé por su amabilidad y atención. La ensalada de hojaldre espectacular y el chuletón de tomate exquisito, muy sabroso y con mucha carne. Las croquetas y el sargo también muy buenos. Volveremos para probar los postres. No duden en probar!

¡¡Un lugar Fantástico!! Sin duda repetiremos, me encantó cada plato que hemos pedido no solo por el sabor sino por la presentación que contaba con pequeños detalles. Recomiendo los postres que no tienen desperdicio, el coulant estaba espectacular. Otra cosa que me gustó mucho fue la Atención o servicio, todos fueron muy majos, especialmente el propietario quien nos explicó el origen de varias de sus piezas decorativas. Recomiendo el risotto, los raviolis de calabacín y el entrecot.

Cuando tienes un proyecto que nace del corazón, le sumas ilusión, tesón y unas manos de oro, el resultado es un proyecto como Langrina. Tiene un ambiente muy agradable con un local acogedor con varios ambientes. La carta es pequeña basada en productos de calidad, con unas ensaladas donde desarrollan toda su creatividad, empanadas caseras auténticas, buena materia prima y unos postres que es mejor verlo para creerlo, marcan la diferencia respecto a otros restaurantes del mismo nivel. Adaptan los platos a intolerancias y tienen pan y postres con opción sin gluten. Esto es importante porque no en todos los sitios tienen la misma sensibilidad con este tema.

Mi marido y yo visitamos Santiago hace 3 semanas. Nuestra cena en Langrina fue una de las mejores de nuestro viaje a Galicia. Todo, absolutamente todo estuvo exquisito y el servicio excepcional. El dueño nos preguntó en varias ocasiones cómo iba todo. Tomamos alcachofas y lubina que creo que es una de las mejores que hemos comido en nuestra vida y hemos comido muchas y buenas. El dueño nos recomendó probar los postres que nos dijo que los hacía su mujer. Pedimos dos. La presentación, el sabor y la calidad eran de calidad Michelin, y no exageramos ni un poco. Además el vino Albariño estaba buenísimo. Puntuación 10. Gracias por una cena inolvidable.

Un restaurante precioso y muy acogedor, con pequeños detalles que marcan la diferencia. Menú reducido, pero variado e innovador con guiños a lo tradicional. Todo lo que comimos estaba delicioso, los postres tremendos y una relación calidad/precio buena. El personal muy, muy, muy atento y agradable. Si quieres escapar de la típica calle de restaurantes y probar algo tradicional pero distinto a la vez, este es tu sitio. A un pasito de la Catedral.

Muy buen sitio en Santiago fuera del circuito mega turístico pero a la vez cerca de todo. Imperdible el Pulpo!! Estamos hace un mes comiendo pulpo en Galicia y este ha sido el mejor 🔥! Eramos 7, probamos los arroces, el chuletón de tomate, el bacalao y un postre muy diferente, gin tonic se llama. Altamente recomendado! De tapa nos sirvieron una tortilla muy buena! Buenisima relación precio/calidad y la atención 👌