Quercus Restaurante

Excelente menú del día calidad-precio,con mención especial a la atención en todo momento a pesar de estar a tope. Raciones abundantes y trato estupendo,vale la pena acercarse y si estás por la zona del CC Cancelas yo no lo dudaría.Se puede consultar el plato del día en su web. Enhorabuena da gusto encontrar sitios así.

Menu del dia con un leve toque de sofisticación que lo hace trascender del tipico menú casero de tantos sitios en Galicia, y sin embargo con el mismo precio. Muy buen producto y el local muy agradable por los tonos de la decoración y por el sistema de amortiguación del ruido ambiental. Muy recomendable!

Uno no va a un polígono buscando la felicidad. Normalmente vas a trabajar, a reparar algo, a pedir un presupuesto para esa obra en la cocina que nunca harás... Y desde luego tampoco vas a comer. Como mucho buscas el aporte nutricional que te permita continuar con alguno de los objetivos antes citados. Así que no fui a este local buscando felicidad. Buscaba un par de platos calientes y un servicio acorde a los 10 euros que reza el menú. No son poca cosa. Hoy día que te pongan un plato caliente en un menú del día es tan escaso como un político honesto. Pero los fideos estaban calientes. Me los sirvió una camarera que aunque tiene que repetir cada día muchas veces las mismas frases, consigue hacerlo de manera que te sientas un poco especial. Un trato humano. El segundo plato es el rey de los menús de polígono. Jamón asado. Cumple su cometido en gran parte porque las patatas que lo acompañan son cortadas a mano. Patatas de verdad. Cortadas a mano. Eso ya podría compensar cualquier drama con el jamón. El menú lo cierra un café decente. No lo digo como cliente frecuente de "cafés" de universidad. Lo digo como cafetero. Al final te olvidas casi de que estás en un polígono rodeado de solares donde podrían encontrar a alguna simpática pareja desaparecida hace semanas. Por cierto, si alguien va buscando los camachuelos que se escuchan por la zona que no insista. Tengo la sensación de que están entrenados para tocar las narices a cualquier wanabee de la ornitología. Si me toca otra dilatada visita a Amiocar y tengo frío, volveré a comer ahí.