Markesa Izakaya

Espectacular. No es barato, ya que aunque cada plato tenga un precio que parece normal hay que pedir 2 o 1 y medio por persona. Tiene opción barata de sushi (al momento que fui, el plato de ceviche salía el doble que una porción de rolls). Altamente recomendable el ceviche (ojo que tiene cilantro!), el gyoza de gambas al ajillo (realmente exquisitos) y el cerdo de no sé cuántas horas de cocción. Café muy rico también. Atención muy bien 10.

Toda la comida deliciosa, pero sin duda los ebi lo mejor que hemos probado. Hoy tenían gyozas de pollo al curry y la verdad que un poco caras. El pisco-sour muy bien preparado, una pena no haber podido probar el cóctel de mango. El postre de sorbete de lima y albahaca exquisito. Atención muy amable y rápida, y un precio aproximado de 22€ por persona, repetiríamos.

El local muy bonito. Ceviche y wok deliciososisimos. Pedimos un plato de sushi fuera de carta y estaba rico. De aperitivo nos pusieron unos pimientos de padrón que estaban un poco crudos y la mitad picaban y te dejaba ya el gusto un pelín atrofiado, no nos recogieron los rabitos de los pimientos y eso fue un poco raro. A pesar de eso local absolutamente recomendable.

El local es excelente, igual que los cocineros y los empleados. Se nota al primer bocado que sus productos son frescos y de primerísima calidad. La gente es súper amable y, como siempre introducen novedades en la carta, siempre están dispuestos a ayudarte y aconsejarte si le cuentas tus gustos. Son detallistas al milímetro y, además, en el baño disponen de un cambiador de bebés acolchado, no como el típico plegable que encuentras en cualquier lugar. Es un local espectacular. Ojalá vuelvan a tener menú degustación... Era una auténtica obra de arte.

Restaurante de fusión Japón-Galicia. El resultado es cuando menos curioso. Fui dos veces a comer, la primera vez me pareció raro y que no tenía la categoría que pretendía aparentar. Aún así decidí volver y ya la segunda vez me pareció mucho mejor. Platos bien trabajados, con un toque personal y una muy buena atención por parte de los camareros. Para volver.

Local decorado con muy buen gusto; la barra y la cocina a la izquierda (a la vista) y las mesas a lo largo del lado derecho, no son muchas y hay espacio entre ellas, lo que se agradece. Carta con sabores orientales de extensión justa, para una cena de dos personas llegan tres platos y un par de postres (a no ser que lleguéis con un hambre canina). Aseguraos de que os cabe el postre, vale la pena. Atención de 10, cordial y profesional a la vez. Te explican los platos, como si su aspecto no fuese suficiente para hacerte la boca agua. Precio medio tirando a alto pero eh, vale la pena. (Las gyozas de pulpo son sencillamente una pasada)