Alaire Santander

Íbamos sin reserva y no teníamos mucha fe en poder comer aquí, pero el dueño nos ha hecho un hueco en cuanto ha podido; ha sido muy agradable con nosotros. La comida espectacular, no tenemos palabras. Hemos probado las rabas, que estaban riquísimas, y hemos comido arroz cántabro, ¡increíble! Sabes espectacular. Os recomendamos muchísimo este sitio, la comida está riquísima y además el trato genial, lo cual es muy importante!

Buena comida. Arroces en su punto y con sabor (probé un par de ellos, y me gustó especialmente el meloso de cachón y langostinos). Pedimos unas croquetas de jamón y estaban correctas, pero mejorables. Las rabas bastante ricas. Muy buen trato, y excelente atención por parte del dueño, que vino a saludarnos y a recomendarnos los postres (muy buenos, espeiclamente la tarta de queso). Buena relación calidad-precio.

El restaurante ofrece una experiencia culinaria centrada en la preparación de diversos arroces. Durante nuestra visita, tuvimos la oportunidad de probar tres variedades: el arroz con bogavante resultó excepcional, resaltando por su exquisito sabor. El arroz cántabro y el arroz con carne (cuyo nombre no recordamos) también formaron parte de nuestra selección. El establecimiento posee un encanto nostálgico, con una decoración que nos transporta a los años 80 y techos ligeramente más bajos de lo habitual. Sin embargo, uno de los puntos negativos de la experiencia fueron las croquetas, que a pesar de recibir recomendaciones, resultaron ser de sobre y de la marca "Cocinera". En resumen, se ofrece una buena propuesta de arroces por 20 - 25 euros por persona y con destacados sabores, aunque algunos elementos no estuvieron a la altura. El servicio fue muy amable y nos invitaron a unos chupitos al final.

Íbamos buscando un sitio para comer un arroz caldoso y acertamos de pleno. Éramos 3 adultos y pedimos 2 raciones de arroz caldoso con bogavante (22 euros la ración), además de dos radler, una grande de agua y unas croquetas. En total, unos 65 euros. El arroz estaba delicioso, en su punto y de cantidad bien para tres personas con alguna ración de entrante. De bogavante llevaba una mitad por ración. Además, la atención de la camarera fue muy buena y el servicio eficiente. En nuestro caso, decidimos reservar la misma mañana y fue un acierto porque estaba lleno para la comida. Eso sí, la zona para aparcar es complicada... pero se puede dejar en alguna plaza de la zona azul (2 horas son 1,45 euros)

Ambiente es muy bueno aunque el restaurante es bastante pequeño. Los camareros súper atentos, amables y muy enrollados. El camarero muy cercano y simpático. Pedimos unas gambas al ajillo muy buenas. Un arroz negro con alioli espectacular. Una tarta de quesoby tarta de chocolate que estaban buenos. Además nos dieron a probar una croquetas qu estaban súper ricas. Recomendado