Restaurante Cantabria

Sencillamente espectacular. Comimos de menú, cocido lebaniego y de segundo costillas y bistec. Cantidades muy abundantes y bien cocinado. El servicio agradable, a pesar de que el restaurante estaba a reventar, con cola en la puerta y tenían poco personal (tenían cerrado un comedor). Yo no llegué a los postres, pero las tartas se veían increíbles. Lo único negativo es el baño. NO vayáis si podéis evitarlo. Espantoso. Por eso y porque tampoco estaba impecable en cuanto a limpieza en general, le quito una estrella Por el resto un lugar de 10 y el precio increíble. Si vuelvo por la zona, repito seguro!

Nada más entrar, no fueron especialmente simpáticos. Incluso el camarero que nos atendió rozó la mala educación. Pero al final, tras comentarle que no era una actitud adecuada, cambió radicalmente y fue muy amable. Todo el mundo tiene un mal día… y es por eso que esto no lo tengo en cuenta para mi valoración. Pero he de contarlo. El local tiene una sala al principio que está agradable, en nuestro caso, nos subieron a la primera planta que, habiendo avisado en la reserva con mucho tiempo que llevábamos un carro de bebé, no me pareció apropiado porque son bastantes escaleras. Hablemos de lo importante: la comida. Tienen un menú del día muy interesante, pedimos cocido montañés (muy muy bueno), sopa de cocido (normalita), ojito frito (espectacular) y huevos fritos con patatas y chorizo (es raro que eso falle en cualquier lugar). De postre, tarta de zanahoria y flan. En general, una comida muy rica y de buena relación calidad precio. No le pongo las 4 estrellas por que el lugar estaba sucio. Pero muy sucio. La planta de arriba descuidada, con talarañas. Suelos pegajosos. No estás cómodo del todo.