En un idílico lugar de Mallorca existe un balcón único, El Balcón de María. Nosotros fuimos a cenar, y la iluminación nocturna está muy bien cuidada para que aún el ambiente sea más espectacular.
Obviamente, no solo de vistas vive el hambriento, y ahí es donde la sorprendente cocina te mantiene en esa "nube". Unas tapas bien cuidadas, con variedad de sabores, y sobretodo, muy originales.
Los postres están a la altura, probad los helados.
Y por último, y no menos importante, la atención. Un equipo humano al servicio del cliente, que está a la altura del maravilloso restaurante.
Muy recomendable.
Nos ha gustado, el restaurante es grande pero el servicio ha sido rápido y muy cordial.
La comida que hemos probado nos ha gustado.
Las vistas desde la terraza son bonitas.
El aparcamiento en la zona es algo complicado.
La zona infantil es de lo mejor.
Comimos un par de días en su terraza con vistas al mar y merece mucho la pena. El sitio espectacular y la comida acompaña. Destacar las croquetas de pollo y las paellas son buenas también. El servicio muy atento y correcto. El precio es algo caro pero es que Mallorca lo es en general. En su media.
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