Sotavento

Hacía mucho que no comía tan bien. Es un sitio para repetir, las anchoas estaban buenísimas, las zamburiñas ricas, pero la lubina fue lo mejor. Es muy difícil hacer bien el pescado, y aquí lo han hecho a la perfección. Es verdad que la calidad del producto es muy importante (y se notaba que era de muy buena calidad), pero creo que el trato que se le da a ese producto es igual de importante, y el que le han dado en este restaurante es inmejorable. El servicio también es para nombrar, te tratan fenomenal, muy atentos y me gusta que te expliquen bien los platos. Lo dicho, seguro que vuelvo y recomiendo.

No vivimos en Cantabria, aunque somos, y ya teníamos referencias sobre la excelencia de este restaurante y hoy hemos comprobado que es un magnífico restaurante, sobre todo sus alma maters Marta y Alberto. Podemos garantizar la calidad de los mejillones escabeche, del salpicón de mariscos, de las almejas a la sartén, del arroz con bogavante y de varios postres. El blanco Godello que nos recomendó Marta estuvo en consonancia. Tienen una carta no demasiado extensa pero que la dominan totalmente lo que les permite esa excelencia. La atención con la que nos atendieron ambos es de 10. Muchas gracias y espero que siempre os vaya todo muy bien.

Tenía pendiente invitar a mi chico desde hace años a un arroz con bogavante en San Vicente de la Barquera. Aunque el restaurante iba a ser otro, miramos reseñas y este era mejor con diferencia. Y me uno a esas validaciones tan positivas. Para las personas que se fijan en el precio,puede que este sea un poco más elevado, pero merece la pena. El resto de la carta está absolutamente en la misma línea que en otros lugares, así que yo elegiría sin duda este restaurante. Pedimos arroz con bogavante y unas zamburiñas, antes de pedir ya nos aconsejaron un único entrante, porque el arroz era generoso y no lo podríamos terminar si pedíamos más comida antes. Es muy de agradecer el detalle, porque para un negocio la finalidad es vender su producto y aquí lo hacen pero sin que sea a toda costa. Comenzamos con aperitivo por parte de la casa riquísimo también. El sabor de los mejillones sorprende. Las zamburiñas (volanderia, también viene indicado en carta) de chuparse los dedos. Y después llegó el festín con el arroz, un sabor intenso, untuoso, el arroz meloso, estaba jugoso sin que llegara a deshacerse con ese punto de dureza justo. Y el bogavante perfecto para quitar la cascara e ir acompañando cada bocado con el arroz y potenciar más los sabores. De postre tarta de queso casera también riquísima. Desde el momento que llegamos la atención super amable y cercana. Agradezco especialmente la forma cariñosa en el trato, ya que íbamos con una bebé de 2 meses que estaba algo irritable antes de comer y el personal del restaurante vino a decirnos que estuviéramos tranquilos si lloraba, finalmente se calmó y pudimos disfrutar de la maravillosa comida. Me extiendo un poco más en esta reseña, porque me gustaría contar que mientras estábamos comiendo fueron llegando más clientes. Un caso concreto llegó antes de la hora reservada y les indicaron amablemente que la reserva era a tal hora y que para poder tener todo preparado y atenderles correctamente, si podían esperar esos 20 minutos que faltaban. Podían dar una vuelta, etc...en San Vicente, eso no debería ser un inconveniente, con cruzar la calle disfrutas las vistas o un breve paseo por sus calles. Estos clientes se marcharon y por la razón que fuese ya no volvieron. Cosa que supone un gran contratiempo para el establecimiento, que trabaja con un número de reservas cerrado y que sin esta reserva ya tuvo que rechazar a más gente que llegaba, porque el servicio estaba completo. Como clientes pediría respeto y que actuemos con empatía y responsabilidad con estos negocios que llevan toda una vida sobreviviendo y con una filosofía de buen trato y atención y que por nuestra parte sean recíprocos. Esperamos volver en Navidad ☺️

Muy recomendado. Llegamos sin reserva, y nos atendieron muy pronto. El personal es muy atento y el trato cercano. La cómoda de 10!! Probamos las almejas y su arroz de bogavante. Totalmente recomendado.

Es un lugar pequeño así que si van en fin de semana mejor reservar, la atención es muy cálida y cercana, el lugar muy limpio y agradable y la comida exquisita. Da gusto comer aquí y sin duda lo recomendamos y volveremos. Pedimos dos entrantes y un arroz con bogavante para dos y dos postres y la cuenta fue de 125€ para que se hagan una idea. Un rato muy agradable!