Orecanto

Muy buena calidad tanto en los platos como en el servicio y el ambiente. La comida está muy elaborada y con un sabor excepcional; vale la pena pagar el precio que tiene. Recomiendo muchísimo el pulpo a la brasa, las croquetas (jamón, marisco y chipirón), el solomillo de ternera, el rape al ajillo con gambas y las filloas de crema. Los camareros y maitres están siempre pendientes de que no falte nada, con un cuidado genial y mucha cercanía. Especial mención y agradecimiento a Pablo y Juan. Muy muy recomendable.

Una gran elección para comer. Fuimos dos parejas con niños a comer, en mi caso era la primera vez que acudía y no pude salir más contento de allí: la comida estaba riquísima, la atención fue muy buena y no se notaron tiempos largos de espera entre platos. compartimos un par de entrantes y postres, y además el camarero nos recomendó pescado para todos, que además de estar muy sabroso, te lo preparaban y limpiaban individualmente. es verdad que la calidad se paga, pero hay muchos sitios en los que pagas y no obtienes la misma calidad. Para aparcar puede estar un poco complicado según la hora a la que llegues, pero tienen servicio de aparcacoches así que es muy cómodo. Tienen ascensor para subir a la parte de arriba, así que es muy cómodo por si vas con silla de ruedas o un carrito de bebé.

Restaurante con una calidad impresionante en sus productos y unos platos que da igual lo que pidas porque te vas a ir contento. En cada ocasión que lo visito procuro no repetir plato, y a día de hoy no me ha fallado ninguno. Recomendaría la ternera gallega, así cómo la gamba roja, son un espectáculo, pero es cierto que vas a dejarte dinero, pero merece la pena darte caprichos culinarios de este tipo de vez en cuando. Un acierto de restaurante.