Una experiencia muy recomendable con un menú cerrado y muy completo en el que se aprecia no sólo la cocina sino también la importancia de los productos en la cocina. Creo que el precio del menu compensa la calidad experiencia. Muy buen servicio con gente joven formada. /A great place for dinner with a full menu of several dishes very tasteful and preserving DE taste of the products. Very, very good service explaining the way of cooking all dishes. In autumn we had a lot of plates with mushrooms of different tastes.
El menú que ofrecen es muy equilibrado: Verdura, carne y del mar para degustar variedad. No se hace pesado todo lo contrario, es ligero y no empasta el paladar. Pocas salsas.
Producto y vinos de cercanía que lo hace más interesante.
Muy muy bueno
Cambian la propuesta
Repetiré sin duda
Pues qué decir. Menú equilibrado, gustoso, de la zona, no defraudó. Me gustó bastante en general. La atención increíble. El lugar decorado con aire rústico, bonito y acogedor. A reseñar, los refrescos artesanales. Y el pase tranquilo para disfrutar con una buena conversación
Una experiencia muy original, con emplatados increíbles y una atención y profesionalidad inmejorables.
Lo único la entrada (no adaptada-aunque no son muchos escalones pero se agradecería un salvaescaleras) y que se trata de solo dos opciones de menú cerrados que no cambian mucho de uno a otro (con o sin callos), sin opción para la libre elección de otro menú alternativo (según gusto del comensal) ni de carta (para el que así lo prefiriera). Si bien no siempre ofrecen el mismo menú.
Si no indicas en la reserva las restricciones alimentarias a veces tienen difícil la improvisación. Pero si avisas, adaptan los platos a tus restricciones de forma excelente. Recomiendo avisar tanto de las alergias como de las intolerancias y restricciones alimentarias aunque al hacer la reserva solo pregunten por las dos primeras.
Los ingredientes que utilizan son de alta calidad. Para los amantes del queso, el pescado y el marisco o para aquellos a los que les guste comer de todo, puede ser una gran elección.
La elección de vinos, muy selecta.
Te van ofreciendo panes de diferentes tipos a cuál más bueno y te explican la elaboración de cada plato de forma precisa (inclusive los terminan con el último toque una vez llegan a la mesa).
Resulta una experiencia divertida y diferente a lo que se suele estar acostumbrad@.
De precio elevado (unos 100-110 mínimo por persona- café y vinos no incluidos en el menú) y si anulas con menos de 24h te cobran igualmente los menús (el precio completo…) aunque merece la pena la experiencia para alguna ocasión/celebración especial. Cuentan además con servicio de guardarropa y de petición de taxi.
Nos ha encantado. El menú con sabores muy diferentes y muy logrados. Hay un trabajo detrás excelente. Todo el personal muy amable, profesional y discreto. Los detalles muy cuidados. Vajilla y cubertería preciosos. Enhorabuena por el trabajo y gracias por hacernos disfrutar tanto.
Soy cliente de hace años y esta ha sido la primera vez que voy desde k estan en la nueva ubicacíón.
Siguen haciendo magia con la comida pero...me gustaba más antes, ahora lo encuentro mas pretencioso. Han subido precios y bajado las opciones de menus.
Aun asi lo recomiendo
Resumiendo: ¡Espectacular!
Platos que, además de presentados de una manera preciosa, estaban riquísimos y llenos de sabor.
Un trato estupendo, me encantaron las explicaciones de los platos por los chefs. Si tuviera que poner alguna pega es que a veces tardaban un poco al servir la bebida al haber muchas mesas.
Una experiencia que recomiendo al 100%
Mauro A. Fuentes Álvarez
+4
Hacía tiempo que tenía ganas de probar Montia en El Escorial ya que tenía muy buenas referencias
Trabajan dos menús, largo y extra largo. La diferencia entre ambos son los callos y precisamente me habían dicho que los callos eran espectaculares así que con todo…
El concepto de Montia es muy de cocina natural tanto en alimento, tiene un huerto ahí mismo donde ves cómo recogen verdura, como en bebidas ya que los vinos que ofrecen son todos naturales.
Ojo aquí, si no estás acostumbrado a este tipo de vinos te puede chocar en principio, a mí me gustaron y el sumiller me recomendó bien, pero son vinos muy alejados de lo que solemos estar acostumbrados.
La comida toda muy de producto. Destacar el buñuelo de cangrejo de río en los entrantes, la ostra del monte abantos (sin ser yo nada de ostra, me encantó), la liebre al ajillo y los callos.
Los callos los sirven de dos maneras. La tradicional, con una salsa las quedarse a vivir, y en otra presentación en el que los callos se presentan de manera crujientes, muy curioso.
Hubo cosas que me gustaron menos como el Bollito al vapor de paloma a la Royal. El que viniera servido sobre el cuerpo, literal, de una paloma… a mí me dio “cosa”, debe de ser que soy de ciudad y asocio a las palomas a algo que no es comida.
El local es muy bonito y la atención fue insuperable, la verdad.
El precio acorde a la estrella Michelin que atesora, aunque el vino por copas lo cobran bien a gusto 😂
Lo dicho, una experiencia gastronómica recomendable para aquellos que quieran probar producto muy local de la sierra de Madrid regado con vinos naturales.
Menú degustación. Aunque son muchos platos, creo que son 15, el precio me parece excesivo, no son espectaculares como yo pensaba que debían ser. El servicio es muy atento, y los detalles están muy cuidados. El aparcamiento es complicado en la zona y ni queda más remedio que tirar de párking
La calidad de la comida increíble y el personal excepcional, muy atentos y te van explicando todo con mucho detalle. Todo esta muy cuidado.
Los menús que pedimos fueron los XXL (115€ por menú) y tres copas de vino tinto cencibel (22,5€ las tres)
La cuenta en total fueron 482,5€.
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