Todo perfecto y en su punto. Muy melosas las croquetas, con ese casi imperceptible, pero necesario, "crujido" en su capa exterior. Muy sabroso el salpicón, perfectamente balanceado en y entre sus ingredientes y la salsa e inobjetable la cecina d Waygu con galmesano, almendras y unas gotas d aceite. El cava rosado de Codorniú, bien, pero, cuestión de gustos, no fue la estrella de la cena. Fue más una prueba, para no caer en lo que habitualmente tomo. El "mil" hojas relleno d una vainilla cremosa, exquisito.
La comida es de mucha calidad y los platos son bastante originales e interesantes. El personal es muy agradable. Es caro aunque también es verdad que todo es, como decía, buen producto. Recomiendo la picaña en especial.
Carta variada con productos frescos y de calidad. El servicio es muy bueno y los platos están deliciosos. Sitio tranquilo y con una amplia carta de vinos. Recomendado el bocata de churrasco, aunque cualquier plato es un acierto. Son unos profesionales y todos muy agradables y atentos.
No tiene aparcamiento, pero hay zonas para aparcar cerca.
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