Furancho con mesas en el exterior, en un entorno precioso con un magnolio enorme bajo el que tienen las mesas preparadas.
Una carta simple pero con buenos productos, buen servicio y bastante rápidos a la hora de servir la comida.
Mejor ir temprano, porque si vas muy tarde tendrás que hacer cola, ya que hay bastante gente. Nosotros fuimos a las 20:15h y esperamos 5 minutos.
No reservan mesa y nos tocó esperar 40 minutos de cola para poder sentarnos. Una vez sentados nos atendieron muy bien y muy rápido. Comimos zorza, chorizos asados y la tabla de embutidos N°1. Todo rico, los chorizos asados tienen un sabor fuerte y fue lo que menos nos gustó. Lo mejor... El sitio, para ir por lo menos una vez merece mucho la pena.
Impresionante, un sitio precioso. No es una carta extensa pero todo riquísimo, servicio rápido y amable, no es caro porque las raciones son abundantes. Llegamos a las 19:30 e hicimos un poco de cola, pero si llegas a partir de las 20h un sábado de julio tendrás que esperar mucho, hasta que se levante el primer turbo vaya!
David Bello (galnomada.com)
+5
El furancho Reboraina debe ser el más famoso de la zona. Un espacio grande ajardinado muy digno de un pazo. Tiene varias mesas repartidas y nada más llegar te va asignando a una mesa en función del número de personas que seáis. Tiene solo vino blanco albariño y los platos que ha elegido servir. No tiene café. Solo pago en metálico. No se puede fumar en las mesas. No se puede jugar al balón, esto para los niños. Abre desde mayo hasta finales de Julio o fin de existencias del vino
Fuimos a Redondela a propósito para cenar en este furancho que nos habían recomendado. Llegamos a las 21:00 y nos sorprendió la larga cola que asomaba por la puerta. Tendríamos delante unas 25-30 personas esperando una mesa, de las cuales algunas se marcharon porque no había mucho movimiento.
Nosotros éramos 2 y eso nos salvó, ya que por delante eran todo grupos de 4+ y se quedó libre uno de los barriles (o mesa alta), por lo que pudimos entrar enseguida a los 10 minutos de ponernos a la cola (cuando ciertamente estábamos a punto de irnos).
Nos acompañó un encargado muy simpático a la mesa y pedimos una jarrita de 1/2 l de vino, una tortilla, pimientos de padrón y zorza, lo cual fue excesivo ya que las raciones son generosas.
El vino era un albariño potente, muy bueno. La tortilla (llevaba cebolla) estaba en el punto de cocción perfecto para mi gusto, pero le faltaba un punto de sal.
La zorza era correcta y los pimientos de padrón también.
La atención fue muy buena a pesar de que el lugar estaba a reventar y el ambiente y la ubicación inmejorable. Tienen una finca realmente preciosa con un magnolio que imagino que es centenario a juzgar por el diámetro de su tronco.
Repetiremos para probar las tablas de embutidos y quesos.
Belén González González
+5
Mi nuevo furancho favorito!!
Todo genial, el sitio es precioso ya solo estar cenando en un sitio así es un privilegio.
Amplia zona de parking, amplio campo para ir con niños. Carta perfecta para no perderse. Fueron súper amables y todo estaba riquísimo.
No se puede pagar con tarjeta y solo abren de noche!
El entorno con los viñedos, el magnolio y los jardines es precioso, mágico cuando anochece porque la iluminación es muy bonita y el espacio está súper cuidado. La comida pedimos un poco de todo y todo rico, al igual que el vino y postre. El servicio rápido, amable y eficiente; la única crítica constructiva es que venían distintas camareras y traían todo junto muy seguido, lo cual hace que comas más apresurado y no se disfruta igual. Como todos los furanchos, solo abre de tarde-noche y no se puede pagar con tarjeta. Buena relación calidad-precio, ¡volveré!
La comida de calidad, pero sota, caballo y rey. El personal super, el ambiente y entorno espectacular. Eso si, no intentes llamar por telefono, directamente, no te atienden.
Llegamos a las 20y30 y había bastante cola pero fue rápida (30min esperando). Pedimos la tabla de embutidos II, tortilla y pimientos de padró, todo buenísimo. Rápido y eficiente. Atención buena. Recomiendo
Cada año que visitamos Galicia en Julio el furancho Reboraina es parada obligada. Recomiendo ir sobre las 20-20:30 para conseguir mesa y saltarte las largas colas. Está abierto hasta el 31 de Julio ya que luego de esa fecha tienen prohibido funcionar por considerarse competencia para los restaurantes. Por ese.motivo es que ta.poco pueden vender refrescos. Así que las opciones son vino o agua.
Es una experiencia inigualable comer en esos jardines, con el entorno de las viñas y coronados por el árbol de magnolias más lindo del mundo.
La comida como en todo furancho es acotada a unos platos específicos, pero todo fresco y rico. Desde la tabla de quesos y fiambres hasta el postre de dulce de membrillo y queso todo ha estado excelente.
La atención puede y debe mejorar ya que es un aceptable y no acompaña al resto de la experiencia.
Un furancho es la tradición de años en Galicia donde lo que se buscaba era que todos los dueños de viñas vendieran el.excedente de vino u no se empobrecieran con un año de malas ventas.
An error has occurred! Please try again in a few minutes