Monte

Estuvimos en diciembre de 2022. Disfrutamos de una comida muy tranquila, en un espacio agradable y con un servicio atento, tanto del propio chef como del personal de sala. Optamos por el menú largo, con luces y alguna sombra pero muy bien en general. La mayoría de platos muy ricos, de inspiración tradicional, por ejemplo la rica albóndiga, el tartar, el mar y montaña con salmón... y postres deliciosos, destacando su célebre tarta de queso. También algún pase más flojo, para lo que esperas de 1 estrella, por ejemplo los insulsos "recuerdos de un pote asturiano", que no compiten contra un buen pote, o el "corazón de vaca", crudo y algo desagradable. No obstante, como decía antes, la experiencia en general fue buena y salimos satisfechos.

Lo teniamos en nuestra lista y al final pudimos disfrutarlo, aquí al ladito de nuestros alojamientos a menos de 45minutos. Recepción, bienvenida y a lo largo de la degustación perfecta, tanto por Delia como por Xune. Explicación de platos, muy atentos y siempre con el arraigo a nuestra tierra, nos encanta ver como los pequeños emprendimientos en el medio rural conservan la historia y cultura, en este caso en sus platos, sabores y colores, que denotan la gastronomía de las cuencas mineras asturianas. No elimineis jamás la tarta de queso, es una seña de identidad. El cordero xaldu, lo mismo me ha encantado, al igual que el pan negro y la mantequilla. Que decir del pote, dandole un toque mas moderno pero con los sabores auténticos. Espero que sigaís con todo el éxito que os mereceís, volveremos sin duda.

Fuimos en Agosto de 2023, pedimos el menu corto (Paseo por El Monte - una maravilla que aún seguimos recordando) todo acompañado con un maridaje siguiendo las recomendaciones de la responsable de sala. Cada bocado que disfrutamos nos gustó mas que el anterior, el hecho de que todo este hecho pensando en la region donde el restaurante está ubicado y utilizando productos de proximidad nos pareció un acierto. Mil gracias a todo el equipo que hizo que nuestra experiencia fuese de 11 sobre 10.

Menu Degustacion Largo 127€ por cabeza con vino para 2 personas Lugar encantador en el entorno de Pola de Lena, local acogedor con una chimenea cerrada en la entrada, se ve la cocina y lo que va haciendo el chef en directo desde cualquier mesa. Una atencion increíble por parte de las dos chicas que estan allí sirviendo los platos y explicandolos, así como ofreciendo vinos y sirviendolos, muy reseñable la actitud completamente amigable y agradable. La comida he de decir que ha sido de los pocos Estrella Michelín que me he comido todos los platos, muy buenos en general para mi en especial del menú, el tartar de salmon, el salmon en salsa de cerdo, la bienvenida, junto con el canelón de cordero, el pote asturiano y la patata ahumada los mejores platos a mi gusto. El chef (Xune) muy amable, presentando la bienvenida y algun que otro plato mas cuando tenia tiempo. Ni que decir de la tarta de queso... Solo con las fotos se puede uno imaginar lo buena que está... Para repetir sin dudar un lugar con una comida que tiene mucho mimo y se nota la calidad. Me quede con la duda de la técnica empleada para hacer la patata ahumada con yema y carbón como logra esa textura, justo se fue el chef cuando iba a preguntarle, eramos de los últimos y ya era tarde, una pena, tendre que volver para preguntar 😜

Sorprendente. Escogimos el menú degustación largo. Experiencia muy recomendable!! ⬆️Top 5 de los plato más sorprendentes: 1️⃣ Picadillo y yema de huevo 2️⃣ Tartar 5️⃣ Ravioli de pote 4️⃣ Mantequilla ahumada y cenizas 5️⃣ Panceta 🥰😝 y los postres mmmmmmmmmmmm!!!!!!! 👎 ¿algo malo? Si, el café!! ☕️ Por favor, cambiad de marca de café que deje un mal gusto para terminar una comida tan estupenda.

Una visita necesaria en Asturias. Empezando por el trato de Xune y Delia ambos encantadores y más que atentos para que la experiencia sea repetible; el menú increíble en todos los aspectos, presencia, sabores, texturas y cantidad. Un extra fue poder disfrutar de esta experiencia viendo cómo se gestiona todo el trabajo de cocina desde la mesa más cercana.

La experiencia fue impresionante. La comida estaba espectacular y el trato impecable. No tengo nada malo que decir de este restaurante, serían capaces hasta de coger una piedra y cocinarla de tal forma que estuviese buena. Este restaurante tiene muchísimo futuro y el pueblecito en el que se encuentra ayuda a hacer de la experiencia algo precioso. Recomiendo encarecidamente ir a probar el menú degustación, y si tengo que destacar algo son el salmón y la tarta de queso.