Esta comida se convirtió en una sinfonía de sabores que cautivó mis papilas gustativas, dejándolas en un estado de euforia culinaria, y mi estómago ansioso por más.
Tras una mañana de exploración por varios pintorescos pueblos en el valle, hicimos una parada estratégica para recargar energías en este auténtico templo culinario. Es importante destacar que habíamos realizado una reserva previa, ya que este lugar suele llenarse con rapidez, y considero que, si no lo haces, puede ser complicado asegurarse una mesa.
Prosiguiendo con la narración de nuestra experiencia, optamos por pedir un par de menús degustación de fin de semana por un precio de 35€ cada uno, además de seleccionar varios platos de la carta que consideramos atractivos y dignos de probar, convirtiendo así la comida en un festín épico.
No puedo más que elogiar la destreza y habilidad del chef en su dominio de los fogones; los platos salían con agilidad y presentaban un emplatado tan exquisito que merecía ser fotografiado.
Mi elección principal fue el arroz del señoret, una delicia de sabor sublime que elevó mi paladar a nuevas alturas, donde cada grano estaba impregnado de un sabor celestial.
Asimismo, tuve el privilegio de degustar el huevo eco cocido a baja temperatura, con papada, foie y ceps. Fue una combinación que debe experimentarse para apreciar la perfecta fusión de sabores en cada bocado.
El plato fuerte consistió en un chuletón de ternera pirenaica de la región, que, además de encontrarse en su punto de cocción óptimo, nos desafió con su generoso tamaño hasta que finalmente lo terminamos con satisfacción. Lo único que eché en falta fue que me presentaran la pieza de carne antes de su cocinado.
Los postres, hechos de manera artesanal, no solo se presentaron de forma atractiva sino que también estuvieron en consonancia con un precio adecuado.
Por último y no menos importante me gustaría destacar el excelente servicio por parte de Sebastián que dentro del frenesí de la sala, tuvo un momento para hacer reír al más pequeño de los comensales. Simplemente se desvivió por qué no nos faltaste de nada en ningún momento. Sin lugar a dudas se nota que disfruta su trabajo y lo transmite a los comensales.
Restaurante de muy buena relación calidad-precio. El menú de 23€, con primero, segundo, postre, vino Somontano y agua es todo un acierto. El arroz de longaniza y sepia, con un toque de brasa, espectacular. La atención de la camarera, de 10. Y a todo esto le añades las vistas del magnífico entorno natural. 100% recomendable
Nos ha encantado el restaurante!
Pedimos zamburiñas, croquetas y donetes de longaniza como entrantes y estaba todo muy bueno. Y ya de segundo, pulpo a la brasa y solomillo. De postre, coulant que estaba brutal!
La atención de la camarera fue en todo momento de 10! Muy amable y atenta en todo momento a pesar de la cantidad de gente que había.
Repetiremos 🙌🏼
Gran restaurante para comer en la zona, con platos de excelente calidad, cuidada presentación de los mismos y servicio del personal muy cercano. La ambientación e iluminación del lugar también de sobresaliente Desde luego, imprescindible para todo aquel que visite el valle de Chistau.
Hemos pedido el menú 23€ y nos ha sorprendido la calidad de los platos y con buena cantidad. Incluye pan, postre y botella de vino (bueno) a destacar porque en los menús suele ser de baja calidad. Buen servicio, camareros muy amables y atentos. Repetiría sin duda.
Una auténtica pasada. Desde el encanto del paisaje; la maravill de pueblo y sus gentes; la situación privilegiada en pleno Pirineos; la comida y su presentación. Trabajan con productos de la tierra y eso se nota. Un local acogedor y muy bien decorado. Y si añadimos la amabilidad de sus trabajadores hace que la estancia sea un auténtico deleite. Para repetir en cualquier momento.
Enhorabuena! La Capilleta, por hacer las cosas tan bien.
Fuimos recomendados por un amigo y cumplió con creces las expectativas. La comida increíble e innovadora, la atención genial y los detalles muy bien cuidados. También fue una grata sorpresa el precio, en torno a los 50€ para dos personas, es algo que raramente se encuentra hoy en día, especialmente en restaurantes con esta propuesta gastronómica.
100% recomendable!
En general todo bien, sin embargo desde cocina nos aseguraron que el "queso caliente" de la carta era templado (y nos lo sacaron frío por dos veces, no quisimos devolverlo más). La hamburguesa vegetal y los canelosnes muy buenos. El servicio es peculiar a su manera pero amable.
Lo recomiendo 100%, la cocina todo muy bueno. Muy atentos ante las alergias.
Lo mejor a destacar es Agnes, es muy cercana, amable, y sonriente. Es un sitio tan a destacar que repetimos, y repetiremos seguro.
Tienen menú degustación por el día, pero nosotros comimos de carta, y muy buenas recomendaciones de Agnes.
Sitio agradable con buenas vistas. El servicio muy atento gracias a Andrea que además supo recomendarnos muy amablemente.
Lugar con Estrella Michelín renovada desde hace varios años.
Comida de calidad cuidando los productos de la zona con un precio bastante asequible.
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