Opiniones El Poleo - Patones

De vuelta del camino de la montaña, paramos en este acogedor lugar. Es una casa de piedra, como cualquier otra en Patones de Arriba, pero al entrar te da la sensación de estar en el salón de una casa propia. Pedimos ensalada burrata y sopa castellana de entrantes y comimos de plato principal, huevos fritos del corral con chorizo, morcilla, torreznos y patatas, además de las costillas a la barbacoa con patatas. Todo muy sabroso y abundante y con buena relación de precio/calidad, por el menú que ordenamos. De postre pedimos el coulant y la tarta de queso con frutos del bosque, que debo admitir que el coulant superaba a la tarta con creces, dado que a la tarta quizás le hubiera faltado algo más de frutos del bosque. Sin embargo, la experiencia gastronómica muy agradable, la atención estuvo genial y el ambiente redondeaba una experiencia de 5 estrellas. Recomendable y espero poder volver a comer allí.

Restaurante con mesas en interior y exterior. A nosotros nos sentaron directamente fuera, que tiene el plus de estar al aire libre y viendo la sierra, pero que si hace mucho calor como fue el caso llega a ser insoportable. La comida está rica sin ser nada del otro mundo. Los platos son abundantes. En el menú no entra la bebida, es primer plato, segundo, postre y pan. (23 euros por persona) A destacar sin duda, el trato amabilísimo de los camareros.

Las vistas desde la terraza son muy bonitas. La comida es abundante y está muy buena. El precio dentro de lo normal para la zona, 23-27€ el menú (sin incluir bebida, con postre). Los tres camareros que nos atendieron súper majos, muy atentos. Buena elección.

Sitio más que recomendable. Fuimos una excursión de 58 personas y tuvimos que dejar el bus en Patones de Abajo. El propietario se ofreció a bajar a por los que lo necesitarán. Para regresar de nuevo al bus , pusieron a nuestra disposición tres coches que nos bajaron a todos. Muchas gracias por vuestra disposición a hacer perfecta nuestra visita. La comida perfecta concertamos un menú para todos y todo fue lo esperado. Volveremos

Buena relacion calidad/precio. Camarero atento y la terraza con vistas al campo es de agradecer. Precio medio persona con postre y vino de 27e. La Fabada y las chuletas de cordero son muy recomendables. Las croquetas sin más.

Ideal para ir entre semana y visitar el pueblo sin apenas gente. Dispone de un menu por 23€ con varios entrantes a elegir, plato principal, bebida y postre (o cafe) el menu especial son 25€ con la diferencia de que el segundo es entrecot de res o paletilla de cordoreo. Nosotros pedimos las patatas revolconas y de segundo entrecot (tierno y delicioso) y la paletilla (para mi gusto reseca) y de postre tarta de queso (que mucho a queso no sabía, pero no estaba mal) y mousse de chocolate que no les quedaba, pero me ofrecieron un coulant de chocolate como alternativa que estaba buenísimo. El camarero que nos atendió es encantador y muy atento y a eso le añades comer en la terraza-mirador practicamente solos al solecito, un autentico gustazo.

Restaurante con decoración agradable y hogareña. El trato por parte del personal muy correcto, cuidando los detalles y ofreciendo opciones que en un principio no hay adaptándose al cliente. Tiene otro restaurante similar con terraza llamado “jardín del poleo“, justo enfrente pero que sufre de mucho calor cerca del verano. La comida bastante buena, sobre todo el cordero a la miel, especialidad de la zona.Los postres son el peor punto.

La experiencia no ha podido ser mejor. La comida abundante y buena cocina, por poner un pero, la tarta de manzana, no muy lograda. La atención perfecta, mi enhorabuena a la joven que nos atendió Muy buen ambiente y rodeados de naturaleza. Volveremos, seguro 👍

Relax y buena comida, lo buscado en este rincón natural Fuimos un fin de semana y comparado con otros sitios, la terraza está más aislada lo que le da ese toque de desconexión de la gente que circula por el pueblo y te brinda una visión a la naturaleza perfecta. Tanto la atención como los tiempos entre principales y segundos fueron muy correctos. Pedimos dos Menú Especial- Los platos eran contundentes y bastante buenos. No pudimos terminarnos el segundo al habernos pedido Judiones y Pisto de Primero.

Un restaurante con encanto ubicado en una construcción clásica en piedra de Patones de Arriba. Destaca la amabilidad de su personal y cumplen perfectamente las medidas anti covid19. La comida elaborada con materias primas de primera, resulta exquisita. Su entrecot muy tierno y jugoso dándole el punto justo "al punto". Si no pides una botella de vino, pueden comer MUY BIEN dos personas por 60€, postre y café incluidos.

El lugar es bonito, bien decorado. La terraza con vistas a la montaña está muy bonito. La comida estaba rica. Los baños pequeños pero limpios bien todo decorado acorde con el pueblo muy bonito. Un pelin caro pero bien.

Comida tipica de la zona riquísima, buena atención, restaurante muy acogedor, no le doy la 5 estrella, por que desayunamos y comimos y las dos veces tuvimos algo de frio. Por lo demas feten, ademas en el desayuno tuvieron un detalle y nos pusieron un muffin muy rico. Volveria a repetir solo ppr los judiones jaja

La comida de 10 .El trato de Ariana inmejorable las vistas magnificas. También el cocinero que pienso que es el dueño nos indicó lo que teníamos que visitar.Gracias por vuestra amabilidad !! Volveremos!!!

Excelente! Servicio, amabilidad, profesionalismo, atención, cualidad, confort...! Uno de mis rincones preferidos en España. Deseando volver lo cuanto antes posible.

Ese lugar al que siempre quiero volver... El formidable chef Paco Bello y su equipo con María y Christian a la cabeza te aseguran una experiencia única. Excelente relación calidad/precio/placer.

Muy rico todo. A un precio muy razonable (teniendo en cuenta que está en un sitio muy turístico) calidad de la comida. Buen trato de los camareros.... Volveré seguro

La comida excelente y el trato del personal muy atentos todo fenomenal. Repetiría muchas veces. Unas vistas maravillosas.

Vergonzosa situación creada por una inexistente gestión de turnos. Nos hemos tenido que ir finalmente a las cuatro y veinte sin comer, después de haber reservado el día anterior a las tres y media. Tres familias con seis niños pequeños sin comer un día de fiesta por la falta de formación del teórico gestor del restaurante. Esto es lo que sobra en este país, gente sin conocimiento para gestionar y sin escrúpulos, y lo que falta es vergüenza y profesionalidad.

Muy atentos y buena calidad