Hoy, siguiendo recomendaciones de amigos, hemos ido por primera vez a este restaurante, que ya avanzo, ha superado nuestras expectativas, al que volveremos (nos han quedado muchos platos apetitosos por probar) y que sin duda recomendamos.
El Restaurante gastro-tapas l'Arc en Palafrugell, está situado en el casco antiguo, en una calle estrecha con encanto muy cerca de la iglesia.
El restaurante, de ambiente informal, tiene una capacidad de alrededor de 36 comensales, con la cocina a la vista justo en la entrada y seguida de dos comedores acogedores, decorados agradablemente, con mesas quizás un poco justas para cuatro personas y sillas cómodas.
Su tipo de comida es mediterránea, española, europea. Anuncia opciones vegetarianas, veganas y sin gluten. También sirve pizzas.
Parece increíble que Tony Saez a los fogones, con una cocina tan minimalista, limpia, impecable, sea capaz de crear los platos que sirve, con rapidez, bien montados y todos exquisitos.
En la sala, Macarena, toma nota y sirve, con mucha amabilidad y profesionalidad, junto con un camarero diligente y buen profesional.
En una carta (sirven menú diario a 20 EUR IVA incluido) con muchos platos que hubiésemos querido probar, elegimos de primero coca de recapte, con verduras, huevo frito, salmón ahumado, brie caliente y aceite de curri, perfecto, equilibrado, en su punto cada ingrediente permitiendo paladear todos y cada uno de los diferentes ingredientes, y servido en un plato con unas filigranas que parecía un cuadro abstracto; el otro primero ha sido croquetas de gamba roja con butifarra de perol, un mar y montaña, muy bien elaborado, donde se aprecia el gusto de la gamba y el de la excelente butifarra de perol que según nos han informado compran en una tocinería artesanal local (Can Mario). De segundo hemos compartido un arroz marinero con gamba, cigala, sepia, almeja y mejillón, muy bueno y generoso en su ración para dos (mínimo). De postres hemos preferido tomar los del menú, ya que los elaboran diariamente ellos mismos: un xuxo de crema con helado y crumble con nata y helado. Dispone de una carta de vinos no muy extensa, pero suficiente para maridar con cualquiera de los platos que se sirven. Pedimos un vino blanco de l'Empordà para hacer honor a la tierra donde estábamos (Vinya de l'Hort de garnacha blanca i roja). Cafés y chupito... ¡Ah y no quisiera dejarme su excelente pan artesanal, elaborado por ellos mismos!
Todo por 103,5 EUR, teniendo en cuenta su calidad, presentación y cantidad, consideramos que la relación precio-calidad-cantidad, es correcta.
Música ambiental a un volumen adecuado y bien escogida.
El interior del restaurante no es accesible para sillas de ruedas, hay tres escalones hasta acceder a la puerta de entrada, pero dispone de mesas fuera, que sí son accesibles.
El restaurante está en zona peatonal, pero puede aparcarse, de pago, con Teletac, a 4 minutos (270 metros) en un aparcamiento subterráneo (Can Mario Telpark by Empak, que es el más próximo) o en la zona azul.
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