Celia Pinto

10 años desde que abrieron sus puertas, tienen una cocina inigualable. Comida sabrosa, casera, sin avecrenes ni potenciadores de sabores. ¡Qué gustazo ir a comer y no estar toda la tarde bebiendo agua! Hemos pedido el menú de 31,50€ en el que incluye: petiscos, langostinos a la portuguesa, arroz caldoso de bacalao, bebida y postre, en nuestro caso, helado de limón para rebajar la comida. Todos los platos fueron abundantes, con un sabor excepcional y mostrándose en cada uno de ellos la dedicación y el amor por los platos de su tierra. Repetiré y sin lugar a duda, invito a todo aquel que no haya venido, que venga a probar sus especialidades, que no son pocas.

Nos lo habían recomendado y por algo era. Un restaurante pequeño ambientado en estilos mezcla rustico e industrial. Una carta no muy extensa pero de mucha calidad. Comida típica portuguesa con un toque asturiano. Eso sí, si se quiere comer o cenar en fin de semana hay que reservar con bastante antelación. Por semana también recomiendo reservar porque el local no es muy grande y enseguida se llena. Productos de primera calidad, raciones normales y precio bien. Totalmente recomendable.

Sin duda el mejor restaurante en Oviedo para comer bacalao y todo lo relacionado con la cocina portuguesa. Excelente calidad y trato. El dueño te lo explica todo, super amable y cercano de tal manera que te hace sentir en casa. Decoración del local es muy bonita y ambiente acogedor. Recomendable 100%.Repetiremos

En Celia Pinto hemos tenido una de las comidas más inolvidables de los últimos meses. Toda la experiencia ha sido fantástica desde el momento en que hicimos la reserva. El restaurante está muy cerca de la calle Gascona y cuenta con pocas mesas y una decoración muy cuidada. Álvaro, jefe de sala y marido de Celia, nos ha hecho sentir como en casa. La carta es completamente portuguesa y tradicional, con el mismo sabor de Portugal. El ambiente es tranquilo y muy agradable. El rey de la carta, por supuesto, es el bacalao pero también se pueden encontrar platos como la francesinha y el pulpo a lagareiro. No puedo más que recomendarlos y esperar que no pase mucho tiempo para volver a Oviedo y visitarles nuevamente.

Teníamos muchas ganas de conocer el nuevo local y volver a disfrutar tanto de la excelente cocina de Celia cómo del trato exquisito de Álvaro, y la experiencia, una vez más fue maravillosa. El local está decorado con muy buen gusto, es íntimo, acogedor, y por lo que pudimos comprobar siguen apostando por el trato cercano y el buen hacer, lo que solamente se consigue con un local así, poco masificado. En cuanto a la comida, qué decir, como siempre, un placer, el bacalao exquisito en cualquiera de sus versiones, en este caso a la portuguesa y lagareiro, las croquetas de bacalao cremosas, grandes y sabrosas, el bolo de bolacha exquisito, y la tarta de chocolate con toque cítrico, espectacular. Aperitivo de la casa, vinito dulce con el postre, también deferencia de los propietarios y como capricho un licor de Ginja para recordar nuestra visita a Óbidos. Sin lugar a dudas uno de los mejores restaurantes de Oviedo.