Llegamos al restaurante, por la recomendación de un vecino de la localidad y la verdad es que no podemos estar más agradecidos. Una comida exquisita realizada con cariño, platos típicos gallegos y con una materia prima de mucha calidad, una buena carta de vinos pero no puedes irte sin probar el vino turbio. Los postres caseros y riquísimos. El servicio espectacular, atentos, amables y serviciales.
Muy agradecidos por la atención y el servicio, seguro que repetiremos.
Muy muy recomendable
Taberna pequeña y acogedora. La carta no es extensa, pero es suficiente para todos los gustos y probar platos típicos. La "sarteñada de mar" es una combinación que a priori puede parecer extraña (berberechos, gambas, patatas fritas y huevos fritos), pero está muy buena. Tardan bastante en servir, pero se entiende debido a que la cocina es pequeña y hacen la comida al momento. Los postres caseros están ricos.
Por decir algo malo, a modo de crítica constructiva, el raxo no nos encantó. Eran filetes de lomo a la plancha que estaban un poco secos y sin gracia. Hubiésemos preferido el raxo "tradicional", cortado a taquitos y más especiado.
Pero merece la pena comer aquí por su relación calidad/precio.
Le tenía ganas a este lugar y hasta hoy tuve la oportunidad. Muy muy acogedor, la comida riquísima y el personal muy calmado y agradable. Sin duda repetiremos
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