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No se le puede poner ni un pero a la visita al Vinatea. Tuvieron en cuenta el comentario en la reserva de que una persona era vegetariana y adaptaron todos los platos o incluso, cambiaron aquellos que no podían modificar. Todo el personal con el que tratamos (hasta tres, nos atendieron en mesa), fueron realmente amables y cercanos, explicando, aconsejando, etc. El ambiente es tranquilo (por nuestra experiencia durante la cena en el interior del local). Sobre la comida (pedimos el menú Raíces), son diez platos en total, sumando entrantes, el principal y el postre, y van llegando a la mesa a modo de goteo constante… pero sin agobios. Y sí, las porciones son pequeñas, pero no salimos con hambre en absoluto. De 10. Para repetir.
Con motivo de pasar un día en Morella, algo que recomiendo, decidimos comer en Vinatea y fue todo un acierto. El restaurante está en medio del casco antiguo, en la calle principal, tiene un aire moderno pero sin desentonar del entorno, con unas mesas en los soportales que resultaron muy agradables. El servicio muy profesional y la cocina de un alto nivel nos sorprendió positivamente. Tomamos el menú Raíces y dentro que todo estaba muy bien nos maravilló especialmente el embutido artesano, la croqueta de brandada de bacalao, el lingote de cordero y el lomo de bacalao con alioli de membrillo, que puede que sea uno de los mejores que he probado. La bodega es bastante amplia e interesante, con algunas referencias difíciles de encontrar como el estupendo Bermejo Malvasia Seco de Lanzarote. Si queréis daros un homenaje este es un bien sitio.
Toda la experiencia espectacular, desde la comida hasta el trato de los camareros. Recomendamos las croquetas morellanas, el hummus y el postre de culant de queso con helado de pistacho (uno de los mejores postres que me he comido nunca) Mis dieces 👌