Cafeteria Roma

Bar de tapeo, bocatas y platos combinados con buena variedad en tapas clásicas que, con tanta "modernidad" que quieren aparentar muchísimos bares y restaurantes en los últimos años, es cada vez más difícil encontrar. Calidad, un poco de todo; algunas tapas muy buenas y otras mediocres: calamares romana, buenísimos; rabo frito, de vicio; oreja plancha, aceitosa; zarajo plancha, regular: los trozos más finos, muy secos, pero los otros muy ricos, en su punto; choricitos, muy salados (y suelo abusar de la sal), y bravas: nada destacable pero agradables de comer, aunque, como en prácticamente todas partes, no son bravas, sino patatas con ajoaceite y tomate. Que no digo que no me gusten, pero si no pican, no son bravas. Entiendo que mucha gente no quiere picante... Pues que no las pidan, que no las llamen bravas o, como mínimo, que haya opción de bravas y bravas sin picante. Nada que objetar al servicio teniendo en cuenta que el local estaba a reventar, incluida la terraza. Lo único que me disgustó fue que había muchísimo ruido, lo que hace difícil e incómodo poder tener conversaciones normales. En resumen, un bar de tapas a tener en cuenta.