La Mejillonera

Matrícula de honor. Buscamos este restaurante y nos salió que era el mejor de la zona. Mereció la pena optar por esta opción. El ambiente del local es moderno, decorado y con detalles para el cliente. El servicio del personal fue muy bueno, amable y muy profesional. Estando en todo momento pendientes. La comida fue fantástica. Las croquetas caseras espectaculares. De plato principal pedimos el Canelón Meloso de Lechazo y Arroz de langostino de Medina. Los postres caseros fueron la Torrija con crema de Mango y la Tarta de Zanahoria. Ambos son muy buenos. Sin duda será un lugar el cual recomendaré y el cual espero repetir. 🌟💯

Un lugar acogedor y tranquilo para disfrutar de una buena comida. La verdad que el trato es de 10, los camareros son muy atentos y majos. Tienen una comida con una calidad precio bastante buena. Por cierto, lo mejor los pinchos, el brioche y el postre de torrija con salsa de mango y helado es de categoría.

Restaurante con buena comida, muy buena atención y un local muy cuidado. La comida está buena y se nota que hay detrás un buen cocinero, platos elaborados y buenos. Los nenes se pidieron unas croquetas muy suaves y buenas y los calamares a la andaluza con poco aceite y crujientes. Los nachos muy buenos y pedidos 2 platos más los chipirones con carne y rollitos con gamba, los 2 platos muy buenos. El precio es algo elaborado ya que estos platos con 2 postres nos costó 93 euros. Se puede ir cena romántica o para una ocasión especial, pero no para ir un día cualquiera con la familia.

Maravillosa experiencia, disfrutamos cada bocado de los platos. Sin duda el canelón de lechazo es un gran acierto, buenísimo. Y en cuanto a los postres la torrija con salsa de mango, tiene el exterior caramelizado crujiente y un interior muy cremoso, hace una combinación buenísima. La atención de los camareros muy agradable. No es un sitio barato pero si merece la pena el precio.

La mejillonera es un lugar que sorprende. En plena cercanía con el río en Medina del Campo encuentras un restaurante con un salón muy elegante, cómodo y con un trato exquisito. Aquí no encontrarás menú pero te encantará cualquier plato de la carta. Muy recomendable las albóndigas de manitas, que te dejarán sin aliento. Y por supuesto tendrás un buen vino verdejo de Rueda, como no debería faltar en un sitio así. Una calidad-precio de 9.5, faltándole quizás un pelín para llegar a la perfección por la tardanza de platos, la cual fue muy normal y ágil, pero viendo que estábamos solos no sé si a salón lleno la velocidad sería también buena.