Ditigastro

Buenos días. Hace unos días fui a comer a este restaurante con mis amigos y nos encantó. La comida es espectacular, lo hacen todo casero (¡el pan está increíble!), es todo sin gluten y no tienes que preocuparte por la contaminación cruzada. También hay muchos platos sin lactosa. El trato del dueño y de los camareros es de 10. Están constantemente mejorando los platos e introduciendo nuevos, cosa que llama mucho la atención. Como recomendación, os diría que os pidierais las papas bravas y la hamburguesa en el pan de albahaca, que es de mayonesa yakiniku, queso de cabra… ¡Volveré pronto! Por cierto, a mi novio le encantó la tapa de costillas de barbacoa ;)

La comida muy bien presentada pero los sabores de algunos de los platos no se diferenciaban (Me refiero a la ensaladilla y las croquetas, no sabían a nada). El servicio por parte del personal magnífico, la chica que nos atendió era muy atenta, amable y nos sirvió perfectamente y con mucha diligencia. El local muy bien de temperatura y en un ambiente ideal. Los precios algo elevados para la calidad de la comida.

Restaurante con una decoración muy bonita, tienen una carta variada y con muchos platos de elaboración propia y toque personal, todo lo que pedimos estaba muy rico. El personal es atento y te explican los platos. También disponen de una amplia carta de vinos, e incluso vinos de la provincia como el que pedimos nosotros que es Zancuo de la Sierra Norte de Sevilla, que está muy bueno. Lo recomiendo 👌

He ido en tres ocasiones. La primera nos gustó mucho, la segunda no fue nada fuera de lo normal y, la tercera, bastante mejor. La comida está muy buena y tiene calidad, si es verdad que de precio no es caro, pero si son precios más altos de lo que tienen otros restaurantes en la zona. La variedad de platos no es muy amplia. La carta es mediante código QR pero te lleva a una dirección de Google Drive que no se descarga bien y no se ve la carta completa. Tiene opción de platos vegetarianos. La atención muy buena, nos atendieron muy rápido, muy amables y trajeron los platos en el orden que se había pedido.

De todo lo que hemos pedido, me ha sorprendido muchísimo lo bueno que estaba el salmorejo de tomate y plátano, las croquetas de ibérico y las patatas bravas. La camarera, que se llama María, nos ha atendido muy muy bien. A pesar de que era un local pequeñito, atendía ella sola tanto fuera como dentro. Además, es muy simpática y amable. Por otra parte, de postre pedimos una torrrija pero, para mi gusto, sabía mucho a canela y es algo que no me gusta mucho, pero a quien sí le guste esta especia, le va a encantar.