Excelente restaurante asturiano apto para celíacos. Local grande, planta baja para tomar un aperitivo y el subsuelo para comer o cenar. Muy bien ambientado con decoraciones antiguas que le dan un toque muy bonito. La camarera que nos atendió muy agradable y nos aconsejó estupendamente. Casi toda la carta sin gluten y el rebozado increíble.
Estuvimos un grupo comiendo, pedimos varios entrantes para compartir y luego carne.
La camarera nos daba recomendaciones y la verdad es que acertó tanto en cantidad como en las raciones y carne.
Nos situaron en una mesa en el comedor de abajo, se estaba bien lo que pasa es que se escuchaba mucho barullo, retumbaba mucho, había mucha gente.
Estaba todo muy rico, relación calidad precio bien.
Excelente comida, así da gusto ir a comer fuera con amigos. El precio es un poco elevado pero por la calidad de los productos y los platos lo pagas a gusto. Super recomendable 👌
Un sitio que tenia ganas de ir y perfecto para celiacos, pero me lleve algo de decepción. Teníamos mesa reservada y fuimos antes y avisamos, nos dijeron que esperáramos porque tenían turnos de comida. Pues cuando llego el turno, de llegar los primeros pasamos a ser los últimos en ser sentados y en comer porque sentaron a todas ls personas que llegaron después empezando a comer casi a las 16, eso no me gusto xq nos dejaron para el final. El resto estupendo, pedimos pastel de cabracho, espectacular, unos huevos con chistorra, y un buen chuletón de carne de mucho sabor con frisuelos y arroz con leche de postre. Todo riquísimo y la camarera muy atenta y muy buenas recomendaciones. El precio esta muy bien. Recomiendo ir, espero que otros no les pase lo que a mi.
Fuimos a probar el cachopo. Está rico, pero el queso no me gustó tanto de sabor. Muy ruidoso el ambiente, arriba parecía más tranquilo y mejor sonorizado.
De todas formas volvería a probar otros platos que había que parecían apetecibles.
Tan sólo entré para tomar algo. ¡Tiene pinta de que se come bien! En cuanto vuelva actualizo la reseña y probaré la sidra…
Tomamos unos vinos y la tapa de patatas con cabrales estaba muy buena.
Hicimos una reserva y fuimos a cenar estuvo bien,pedimos una ración de croquetas y dos cachopos , en general nos gustó a todos la cena salió peli cara pero bueno prueba a ver qué te parece
Buen servicio, personas muy amables. La comida muy rica y gran cantidad. Soy celíaca y toda la carta es apta para celíacos, asi que he disfrutado un montón. Las croquetas de entrante y el cachopo muy ricos. Tardan poco tiempo en sacar la comida y la sacan caliente y recién hecha. ¡UN ÉXITO!
Comida espectacular, desde los Tortos, pasando por el plato de la abuela hasta acabar en el chuletón, todo apto para celíacos. Servicio y atención de 10, rápidos y siempre pendientes, con una relación calidad precio muy buena. El único punto a mejorar, la presentación del chuletón ya que si el cliente lo pide poco hecho y lo presentas en una plancha caliente, se acaba haciendo y se pasa de punto.
Alberto Afuera Fernández
+5
Sitio totalmente recomendable para ir a comer, una relación calidad precio realmente interesante. Buena cerveza y buenos aperitivos, a nosotros nos pusieron una carne con patatas que estaba buenísima. Pero la joya de la corona, que merece especial mención, vendría luego: El cachopo. Equilibrio perfecto en el relleno, no sobraba ni faltaba ninguno de los ingredientes. Carne deliciosa, tierna y perfectamente sazonada, el jamón de calidad, un sabor intenso pero sin ser intrusivo y el queso, que no era cabrales (menos mal, porque no me gusta nada). El rebozado, bien tupido, crujiente y para nada aceitoso. La sidra, no recuerdo la marca pero también nos gustó mucho. Y los postres, aquí quizá pinchan un poco porque tienen una selección muy cortita, pero, al menos la tarta de manzana con canela y helado de vainilla, estaba muy pero que muy buena. Quedamos muy contentos y con seguridad volveré siempre que pueda y será uno de mis restaurantes de referencia a la hora de comidas con gente y celebraciones. En cuanto al ambiente al ser el salón un sitio algo cavernoso, depende del tipo de gente que haya puede llegar a ser algo ruidoso, pero es algo que queda totalmente eclipsado en cuanto te llevas el tenedor a la boca.
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