Restaurante Pax, situado en el segundo piso del edificio Centro Cultural de los Ejércitos, en plena Gran Vía n°13 de Madrid. Ambiente tranquilo y acogedor. Platos muy bien presentados y en su punto. Optamos por un surtido de ahumados para compartir, y de segundo salmón, pasando a surtido de quesos nacionales para postres. Pasamos una gran velada, y muy tranquilos, cosa que se agradece. Espero poder acudir de nuevo, en otro de nuestros frecuentes viajes a Madrid, ciudad muy dinámica y alegre. Saludos.
Este elegante restaurante se encuentra en la segunda planta del Centro Cultural de los ejércitos, en plena Gran Vía.
Fuimos en el servicio de comida, entre semana, y el ambiente era muy tranquilo.
El personal fue encantador desde que entramos por la puerta, muy atentos, rápidos, educados y amables.
La comida estaba muy rica y la cantidad en plato era más que razonable. Con entrante, segundo y postre nos quedamos bastante llenos.
Un sitio para repetir, sin duda.
Estuvimos en este restaurante con un cupón de Groupon que cogimos y decir que tanto el ambiente como la comida estuvo fenomenal . De sabor riquísimo . Pedimos una foundie para dos de quesos suizos que estaba muy buena aunque los quesos algo fuerte que supongo que será para gustos, el pescado Corvina con vinagreta espectacular y lo único el Rabo de toro un pelín soso pero por lo demás riquísimo. En cuanto a los postres estaban también bastante buenos.
Restaurante situado en el Centro Cultural de los Ejercitos en la segunda planta que fuimos a comer previa reserva un menú degustacion con 2 entrantes pimientos del piquillo rellenos de rabo de toro y burrata en ensalada con recular y tomate, de los dis principales elegimos ternera salteada al wok con verduras y carrilleras al vino tinto con chips de yuca. De postre pedimos de brownie con helado de vainilla. Sin duda un espacio muy bonito donde disfrutar de ina excelente comida. Para recomendar y volver a visitar en más ocasiones.
Usamos una oferta de Groupon, en la que por 54€ ofrecían dos entrantes, dos principales, dos postres, y una botella de vino de la casa. A ese precio es extremadamente recomendable. El personal muy atento, rápido, y amable. Lugar tranquilo y buena comida.
Jose Ignacio Santamaría Antón
+4
Lugar céntrico en plena Gran Vía de Madrid con buena cocina y mejores postres. El menú fue cerrado y contaba de entrantes con Embutidos (lomo y jamón al corte), láminas de fua, croquetas de jamón, carne de cerdo con puré de patata en salsa y como postre tarta de queso.
¡Imprescindible! En plena Gran Vía de Madrid, la comida sorprende por su sabor y presentación.
La burrata es deliciosa, pero el foie es insuperable.
Y el solomillo, simplemente espectacular.
Los postres muy buenos, aunque llegamos bastante saciados y no los disfrutamos tanto.
Volveremos para seguir probando su carta.
Si buscas una experiencia gastronómica única, este restaurante del siglo pasado es el lugar perfecto.
Desde su cuidada decoración hasta la excelente comida, todo en este lugar te transporta a otra época.
Los platos, como el rabo de toro y el solomillo de cerdo, son excepcionales, pero lo que realmente hace que este restaurante sea especial es el servicio al cliente que brinda el camarero Dylan.
Su profesionalismo y atención al detalle son realmente impresionantes.
Además, no puedes dejar de probar la espectacular tarta de queso.
En resumen, si buscas una experiencia inolvidable, no dudes en visitar este restaurante histórico con un servicio excepcional.
Una cena maravillosa. El personal es súper atento y muy profesional, el salón es un lujo, y la comida deliciosa!
Una opción perfecta para una comida o cena tranquila/romántica, pero también tiene menú, tanto entre semana como de fin de semana y hacen banquetes, celebraciones, etc...
Escondido en plena Gran Vía, hemos encontrado uno de los grandes descubrimientos de este año. Como nos decís Ángel, el encargado, llevan menos de un año, pero durante este tiempo han mimado la comida y el servicio del local.
En relación a la comida, pedimos la ensalada de Burrata con Pesto, muy rica y las croquetas de jamón y las de cecina, un gran acierto.
En cuanto a los principales, he de decir que los dos me encantaron , rabo de toro como guiso tradicional y un solomillo de cerdo con parmentier de patata y trufa, ambos un 10. Los platos son contundentes y no pudimos terminar los principales pero nos lo envolvieron en papel de aluminio para que nos lo lleváramos.
Por último los postres , tarta de queso clásica, muy rica de sabor y una torrija también muy rica.
En cuanto al precio, fue un regalo y no lo sabemos, pero pude comprobar en la carta que tienen menús entre 16€ y 20€.
El restaurante cuenta con 4 salas más, con una capacidad cercana a las 200 personas, por lo que es apto para hacer eventos de empresas o alguna ocasión especial.
En definitiva el sitio es súper recomendable.
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