Bakan Madrid

La comida es divina, es realmente típica Mexicana, no es lo que usual nene comemos aquí, el picante estaba delicioso y las tortillas caseras, ni hablar! La atención increíblemente buena, al igual que el servicio muy rápido, la comida a la leña estaba deliciosa, el decorado muy original y alegre, con buena música de fondo. En general, en conjunto un 5 estrellas para mi!

Cena en pareja el domingo 5 de noviembre, cocina mexicana de vanguardia en un ambiente excepcional, una reinterpretación de los clásicos de la conina mexicana que sorprende en un local muy cuidado con un servicio de gran calidad; destacaría el mole y la amplia variedad de tequila y mezcal. Los precios son elevados pero asumibles si lo que se busca es experimentar la cocina mexicana de una forma poco habitual. Disponen también de una amplia terraza en donde, si el tiempo lo permite, disfrutar de unas vistas magníficas de la Plaza de la Independencia y de la Puerta de Alcalá. 100% recomendable.

Magnífica experiencia en Bakan. Noche de muertos con un menú no específico pero sí estupendo. Margarita clásica de tequila y de mezcal, frescas y abundantes; la carta de ambos licores es simplemente espectacular. Guacamole tradicional, cítrico y correcto. Ceviche Bakan, sabroso. Tacos dorados de pollo, 3 uds, muy ricos. Y lo más interesante de la cena fueron los asados a la leña de encina, con un sabor muy marcado y un toque ahumado, en su punto de cocción ambos y muy bien acompañados con cebolla cambray (calçot), elote (media mazorca de maíz asada), guacamole, frijoles negros refritos y un sabrosísimo chile poblano relleno de queso; en esta ocasión, los elegidos fueron el medio pollo de corral deshuesado, tierno y jugoso, con unos pedazos de piña asada , y el solomillo, impresionante. De postre tomamos el pan de muerto acompañado de su taza de chocolate, muy rico. En definitiva, una cena estupenda. Mención particular merecen las tortillas de maíz criollo chalqueño azul, hechas en casa y presentadas, según el plato, en sus versiones duras (guacamole) o blandas (tacos), de magnífica presencia, textura y sabor. Quiero destacar el servicio, que desde el principio se mostró amable y profesional. Por poner una pega, la retirada del servicio sin que todos los comensales hubiesen acabado de cenar. Precio correcto (45€ pp). Para repetir y disfrutar.

Gratamente sorprendido por todo durante mi experiencia en Bakan. La comida estaba deliciosa y la cocina es sincera. No es un restaurante barato, pero el precio se justifica por la calidad de los productos, la atención recibida por los profesionales que forman el equipo y el ambiente del restaurante. Todo esto hizo que el tiempo de comida por turnos se nos quedara corto... por lo que el único "pero" sería que no pudimos estar todo el tiempo que nos habría gustado.

Recientemente estuve con mi mujer en este local. Habíamos pasado varias veces por la puerta, pero al hacerlo por la acera más cercana al carril de vehículos nunca nos habíamos fijado que se trataba de un restaurante mejicano, hasta que hace poco sí pasamos por delante de la puerta y nos fijamos en el tipo de restaurante que es. En nuestra reserva no indicamos el tipo de mesa que queríamos. El local cuenta con una terraza amplia en el exterior, con una decoración de estilo colonial bastante agradable, pero nosotros finalmente nos decidimos por cenar en el interior del restaurante. La verdad es que el interior es muy acogedor y agradable. Iluminado tenuemente para, ver perfectamente lo que estás comiendo, pero estar en un ambiente íntimo. Las mesas para dos personas tienen un tamaño aceptable para poder poner sobre ellas varios platos y comer con relativa comodidad. Sí es cierto que, el banco que sirve de asiento para uno de los lados de las mesas pequeñas es (para mi gusto) un poco alto, de modo que si tu estatura es un poco elevada te obligará a estar inclinado sobre la mesa. Las mesas para más comensales tienen formas irregulares y muy peculiares. Llama sobre todo la atención la mesa que hay al entrar en el local, con un tablón curvado de madera (si no lo es, es muy aparente) que le da a la mesa una forma espectacular. La zona para el personal tiene dos áreas diferenciadas: una barra de bar de dimensiones generosas, con una decoración e iluminación muy interesante; la otra zona es la dedicada a las cocinas, que quedan a la vista, siendo siempre llamativo ver el al personal en su interior realizando las comandas. Si hay algo que, tras nuestra visita, es obligatorio reseñar es la enorme amabilidad del personal de sala. Al menos, las dos personas que nos atendieron fueron muy profesionales y agradables. Como no estábamos muy seguros qué comer, tras indicarles nuestros gustos sobre el picante y, expresarles alguna duda sobre el contenido de la carta del menú, nos recomendaron diversos platos y postre, y he de decir que acertaron plenamente. De modo que, a todo aquel que llegue al local y tenga dudas sobre qué comer, se deje aconsejar por los camareros porque seguro que no van a verse defraudados. Conforme íbamos acabando los platos ellos se preocupaban por saber si nuestras expectativas se habían visto satisfechas. ¿Qué cenamos? Las tostaditas de atún, en las que (como su nombre indica) sobre una base tostada de maíz se sirve un tartar de atún aliñado, con un poco de aguacate, hebras de puerro crujientes y con aderezo de tamarindo y chile morita: exquisitas. Respecto al plato principal, como no sabíamos qué tipos de tacos comer (todos parecían ser muy apetitosos), el camarero tuvo la amabilidad de darnos la posibilidad de agrupar en un mismo plato 3 tipos de tacos para cada uno de nosotros. Y fue todo un acierto, porque así tuvimos la posibilidad de probar más variedad de platos. Probamos también tres tipos de tacos: carnitas prensadas, cochinita pibil, y costilla cargada: todos estaban espectaculares No somos de comer demasiado (y menos en las cenas), por lo que con estos tacos y el entrante (tostaditas) nos quedamos bien. Pero seguro que, si el comensal tiene “buen comer” seguro que probará más… Finalmente, el postre que probamos (recomendado por camarera) fue la Campechana, que es un pastel crujiente de hojaldre relleno de manera muy generosa con helado de vainilla, todo ello cubierto con toques de dulce de leche y nueces. En este caso también acertamos de pleno por los consejos de los camareros: delicioso. En definitiva, un restaurante recomendado para visitar: agradable, acogedor y buena comida. Obviamente, no puedo decir si los sabores que probamos son similares a los que se pueden comer de manera tradicional en México (esa tarea la dejo para los visitantes mejicanos y todo aquel que tenga amplios conocimientos sobre esta comida) pero asumiendo que es así, puedo decir es que es uno de los mejores restaurantes mexicanos que he visitado. Sin duda que volveremos para probar más sabores.

Experiencia de comida mex de 10 en plena Puerta de Alcalá. Sus guacamole con chicharrón fue una muy buena elección para empezar la comida. Seguido de diferentes tacos y enchiladas que estaban muy sabrosos. Para finalizar la cena pude probar su campechana que estaba espectacular. Muy muy recomendable. Local muy bonito y acogedor. Trato del personal atento y agradable.

La comida riquísima. El servicio estupendo. José nos atendió y nos encantó el trato, de él y de los demás camareros. Uno de los comensales cumplía años y el servicio se enteró por su cuenta y en el postre trajeron una vela y cantaron el cumpleaños feliz, nos encantó! Cuidan un montón el detalle!! Muy contentos:)) Gracias!

Una experiencia gastronómica única en un local precioso y muy acogedor, con una historia detrás en torno a la auténtica comida mexicana y un ambiente perfecto para disfrutar en compañía. El trato fue excelente por parte de todo su equipo y en especial de Clement. Degustamos diferentes platos aconsejados por él y ninguno paso inadvertido. Nos encantó especialmente el asado, el postre y las margaritas. También probamos los gusanos y el mezcal, merece la pena. Muy profesionales y con una cocina muy cuidada, te hacen viajar a lo más profundo de México. ¡Recomendable!