El sitio es pequeño y tiene barra y mesas altas para comer. EL marisco es de buena calidad y lo mejor de todo es el precio que tiene. Tiene una muy buena relación calidad- precio. De los platos que hemos pedido, nos ha gustado mucho el pulpo con patatas revolconas. Comer sale en torno a 25€ por persona, buen precio tenianedo en cuenta que es marisco. Volveremos
Hay una palabra que define este local: Honesto. Porque aquí encuentras un género de calidad y si algo no es de calidad, no te lo sirven, sencillo. La gamba blanca a la plancha buenísima, las patatas revolconas con pulpo riquisimo y el huevo frito con carabinero... todo un descubrimiento. Eso sí, no te voy a engañar. Si buscas un sitio de raciones baratas no es tu local. Si vas es porque estas dispuesto a pagar por buen marisco (tranquilo, en el precio también son honestos)
La calidad de la materia prima fue insuperable. En pocos sitios he estado en el que todo el marisco sea de una calidad tan alta. Esto obviamente tiene un precio (bastante alto) en el que no voy a entrar, el marisco siempre tendrá un precio alto. El trato y la amabilidad de las dos personas presentes fue inmejorable. Le pongo un 4 porque creo que debería tener un poco más de elegancia (manteles y esas cosas)
Comemos tres platos: navajas gallegas, berberechos y pulpo con patatas revolconas. Cada uno delicioso. El pulpo está increíble. El trato muy cercano y el vientre relajado. Muy buena experiencia.
Excelentes productos además de un trato y ambiente muy agradable; buenos precios.
Un lugar pequeñito, muy acogedor y en el que tiran la cerveza estupendamenre. Siempre acompañada de una buena tapa.
En cuanto al picoteo es espectacular. Siempre tiene muy buen género a unos precios asequibles.
La relación calidad/cantidad/precio es muy interesante.
Hay que probar el pulpo con patatas revolconas que tienen. Un espectáculo.
Marisquería de toda la vida que el nuevo dueño ha sabido mantener dándole un ligero cambio que no ha hecho nada más que mejorar. Producto fresco y de calidad.
Pero sin duda lo mejor del local está en la cocina y en la barra sirviendo las mesas.
Antonio, joven cocinero, que a pesar de tener una microscópica cocina es capaz de crear verdaderas joyas y José que sirviendo al cliente consigue que este, salga del lugar con una sonrisa.
La lástima es que la marisquería es muy pequeña y no muy cómoda en el interior.
Espero que el dueño, Estwban, y sus dos magníficos trabajadores encuentren un sitio más adaptado a la calidad de su trabajo.
Enhorabuena
Uno de mis lugares favoritos de Madrid. Esta marisquería es histórica, lleva en el barrio de Chamberí sus décadas y esto hace que tenga su clientela fija y atraiga siempre a nuevos fieles adictos al buen marisco gallego traído directamente desde la tierra. El hermano del dueño tiene la pescadería situada justo al lado así que no hay ninguna duda de que el producto es cien por cien fresco y de calidad inmejorable. Lo bueno del sitio es el servicio, el dueño es muy amable y tiene muy buena relación con los clientes, su despacho campechano y su generosidad con las tapas hacen de esta marisquería un lugar de referencia. El local es pequeño y la decoración es muy de bar normal, nada más allá, pero es que aquí lo que importa es comerse una buena necora y tirar las cascaras al suelo, disfrutar de un montado de bonito auténtico y soñar o elegir entre la variada selección de moluscos y demás que ofrecen. Esto sí es un bar.
La comida está bien para ser una marisquería en Madrid los precios son asequibles (3,5€ la unidad de zamburiñas, 2,5€ la unidad de la ostra). Eso sí es un poco cutre el sitio, y las tostas están algo vacías de cantidad de pescado (pedimos de ventresca y de boquerones en vinagre).
La gente es encantadora! El lugar es muy castizo y la vuelta que le han dado con la nueva decoración hace que te apetezca mucho más entrar. La comida es exquisita y los vinos bien elegidos. Te hacen sentir como en casa
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