Wagamama

El hecho de ser una franquicia no está reñido con ofrecer calidad. Y este restaurante lo cumple. Atención muy agradable del personal, amplia variedad de comida asiática, raciones generosas y sobretodo, muy buen sabor. Recomendable si te gusta probar nuevos sabores. Todos los platos son preparados al momento en una cocina abierta a vista de todos los clientes. Un sitio para volver.

Comida asiática en franquicia pero está todo muy bueno. Lo hacen todo al momento y lo ves en las cocinas abiertas. El precio para la calidad es un poco alto pero dentro de la media. La atención y el ambiente muy bueno. Nosotros lo único que fuimos y estaba muy lleno y tuvimos que esperar

Fuimos un grupo de amigas a ultima hora de la comida. Nos trataron genial. Las camareras simpáticas y eficientes nos explicaron todos los platos. Las raciones son generosas y todo estaba bueno. El ramen sabroso y lleno, los fideos soba y udon en su punto, el curry nos dejamos aconsejar y también muy rico. Estubimos cómodas y comimos muy bien.

Es una franquicia de comida asiática, estaba muy bueno lo que comimos, Tama squid, chicken gyoza, wagamama ramen. Muy atentos el personal, la camarera que nos atendió muy simpática y amable nos recomendó muy bien. La calidad-precio razonable.

Una cadena de comida asiática (no solo japonesa, tampoco es un sushi bar) muy interesante en cuanto a concepto de street food, aunque quizá la intensidad de algunos sabores sean excesivos para paladares poco sofisticados. Probamos el calamar picante, las gyozas vegetales, el pad thai de vegetales con tofu, el donburi con tofu y la tarta con chocolate blanco y gengibre. El calamar y las gyozas estaban excelentes, la salsa de cada plato era apropiada. El calamar no picaba mucho, pero en la mesa había un "pimentero" con la misma mezcla de especias para darle un toque más fuerte. El pad thai no estaba mal, aunque el donburi estaba mucho más sabroso. Destacar que las cintas de pasta del pad thai eran de arroz y estaban al dente, algo difícil de conseguir con ese tipo de pasta y más en un sitio sin una mesa libre en el que estaban sirviendo a bastante velocidad. Las piezas de tofu podrían estar un poco más maceradas ya que con el tamaño que tienen no absorben demasiado el sabor del resto del plato. La tarta con chocolate blanco y gengibre está dulce con el ligero toque picante del gengibre molido. En cuanto la atención, con todo lleno y 5 camareros, fue rápida y amable. Quien te atiende personaliza el servicio indicándote su nombre pero sin excesos o compadreo, el equilibrio justo, lo cual es de agradecer.