El mejor restaurante ruso de largo y uno de los mejores restaurantes (en la clasificación general) de toda la ciudad. Un básico si vienes a Madrid. Lo visito al menos 3 ó 4 veces al año.
Nos ha encantado 👌👌👌,Hemos pasado una noche inolvidable 😊👍🏻👍🏻👍🏻
Es la tercera vez que vamos y siempre nos encanta: el trato genial, amabilidad y simpatía y siempre te recomiendan o te informan de todo lo necesario; la decoración muy auténtica con música rusa de ambiente incluida, la comida espectacular! Todo lo que hemos probado era riquísimo pero en especial el pato chekov! Los filetes rusos con salsa strogonov también valen mucho la pena. La crepe de requeson con miel y naranja espectacular.
Aunque de postre esta última vez hemos probado la Crepe Sherezade y creo que es la mejor opción de todas! Muy bien hecha y la fruta super rica.
Como algo a mejorar, las mesas a veces son algo pequeñas.
Es de mis lugares favoritos. Tiene ese toque de romanticismo que es perfecto. La comida buenísima. Estuvimos en una mesa redonda para seis y estuvimos muy agusto. El servicio fue rápido. Tomamos entrantes calientes y una bandeja de ahumados ,caviar y blinis. Buenísimos. Y de segundo pedimos desde pato a steak tartare o un solomillo con salsa roquefort. Los postres deliciosos. La camarera super amable a la hora de hacer alguna foto al grupo. No es barato pero tampoco muy caro. Entre 35 y 40 por persona. Todo depende de lo que pidas. Pero tiene muy buena calidad
Fuimos un domingo a cenar. Estábamos solos lo que hizo que el trato fuera muy personal. La comida muy rica, los productos parecían frescos. La cerveza rusa es muy grande, luego se entiende el precio. La camarera fue muy atenta en todo momento. La cocinera salió a preguntarnos si nos había gustado. La decoración es genial, no cambiaba nada tiene un encanto especial y bizarro. La carta es muy variada. Tienen algunas opciones vegetarianas. Nos invitaron a un chupito de vodka para cerrar con un lazo. Hilo musical con musica rusa.
Me encanta este restaurante, la decoración es tremendamente acogedora y muy cuidada, la vajilla es bonita, la comida muy rica, la última vez que estuvimos probamos una cerveza tostada rusa bastante buena, los camareros son agradables y atentos. La relación calidad precio está bien, por 20-25€ cenas de forma contundente ya que los platos no son pequeños. ¡Obligatorio probar los Blinis!
Comida deliciosa. Trato amable. Precio normal para un local de este tipo, sin sorpresas en la factura. Tiene platos en la carta tanto frios como calientes en entrantes y unos principales ricos y abundantes. Los más calentitos sobretodo ayudan a combatir el frío invernal al salir. Sirven postres muy ricos. Ofrecen una copita de vodka al terminar. Te sirven de entrantes pepinillos rusos y mantequilla junto al pan, que cobran.
Es un local pequeño y acogedor, la única pega que se le puede poner es que la distribución de mesas hace que algunas estén un poco pegadas.
El ambiente es muy bonito, con decoración cuidada y velas en las mesas.
Comida bastante buena en general, excepto las "croquetas", os recomiendo que pidáis al final un buen chupito de vodka ruso (de miel) y el te ruso, probablemente el mejor que haya probado jamás. Las brochetas de ternera están tiernas y jugosas y con los entrante variados del Volga puedes probar diversos entrantes (croquetas incluidas 🤦🏻♂️). En general es un sitio bastante bueno al que puedes ir y probar algo diferente como el pollo en tiras con salsa Stroganoff.
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