Espectacular tanto el trato como la comida. Nos encantó. Pedimos las croquetas, los chipirones en su tinta y el bacalao, todo buenísimo. Por no hablar del postre: de diez. ¡Repetiremos!
Fui a cenar un martes noche junto a un gran amigo, y la experiencia se resumen en un sólido 10.
Desde el servicio que se nos brindó, hasta la calidad de la comida, fue un detalle que saliera el propio cocinero a comentarnos la carta detallada.
Desde luego volvería
Y como recomendación os digo que NO DUDÉIS en pedir LAS SARDINAS AHUMADAS CON TOMATE Y PAN TOSTADO!
Este sitio es de campeonato!
Magnífico sitio que merece la pena probar. Autentico, comida de calidad y servicio inmejorable
Un restaurante muy acogedor en el que te sientes comodísimo desde que entras por la puerta. El servicio y la atención son excelentes y la carta es corta, pero muy cuidada: todos los platos que probamos estaban espectaculares y se nota el cariño con el que están preparados. Para repetir.
La comida es simplemente tan espectacular como el personal que lo regenta. Adaptado para Celiacos. No usan harina en las salsas.
Trato excelente por parte del dueño (el hace de hostess, cocinero y camarero). Simplemente te canta los platos y te dice su precio, no hay carta. Cocina tradicional y muy rica. Buen género. Volveremos seguro.
Lugar muy agradable y tranquilo donde te atienden de 10, excelente e impecable trato! La comida tradicional con un toque, todo riquísimo. Muy recomendable!! Así es que tiene la máxima puntuación de restaurantes del barrio :) volveremos sin duda!
Comida y servicio excelentes. Cenamos sardinas, pulpo y bacalao al ajoarriero. Y un postre de chocolate con helado de vainilla. Todo estaba buenísimo. Producto de calidad a un precio adecuado (Muy buena RCP).
Además fueron muy atentos en todo momento y nos explicaron con todo detalle todos los platos que tienen. Esto nos llamó la atención ya que no es habitual.
Buena cena en la Taberna de Paula. Acogedor y con un servicio muy atento donde el mismo cocinero se persona para guiarte en la selección de los platos. Un menú reducido pero toda elección resultaba acertada. En definitiva, un sitio en el que pasarte si andas por el barrio.
Materias primas de primerísima calidad. Tomamos sardinas, croquetas, pulpo, y bacalao ajoarriero, todo buenísimo. Trato exquisito y atento. Los postres muy ricos también. Para comer bien de verdad en un sitio agradable, sin tonterías ni cuentos. Un gusto!. Volveremos sin duda.
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