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Reseñas Recientes
Todo un descubrimiento! Ambiente cómodo, informal pero muy atento al cliente. Y comida excelente en presentación, cantidad, preparación y sabor. La carta no es extensa pero todo lo que he probado me ha gustado de hecho he vuelto más veces y pienso seguir. El local no es grande así que es muy recomendable reservar, todas las veces que he ido se ha llenado muy rápido. La carta está dividida en parte japonés y parte coreana, como comentan otros no dejéis de probar la parte coreana que está muy buena desde el kimchi a los calamares salteados con verduras. No he probado los postres así que no puedo opinar pero las personas a las que pregunte fueron que estaban muy buenos. Para mí se ha vuelto un fijo : llegar pronto, pasear por las callejuelas de Chueca y luego disfrutar de una excelente comida en este sitio.
La primera vez que fui y fue una gran experiencia. El local no es excesivamente grande, cuenta con mesas para sentarse y con una barra por si vas solo o te apetece ver cómo preparan los platos. La decoración es estética asiática con un toque del Viaje de Chihiro. Al sentarte te ponen de entrante por parte de la casa una crema casera de calabaza (muy buena). Pedimos varios platos de sushi y tallarines pero respecto a los coreanos (primerita vez 😅) nos recomendaron el Dolsot Bibimbap y el Japchae, ya que ambos a parte de estar muy buenos no tienen gluten (íbamos con personas celíacas). La presentación de los platos es excelente y el sabor la verdad es que todo está increíble. Todo está recién hecho y he de reconocer que es de los sitios en los que mejor he probado el atún del sushi. Luego al ir al baño es cuando realmente tienes la experiencia de adentrarte en el viaje de Chihiro con unos murales preciosos! Sinceramente, volveré sin dudarlo 🥰
El local es pequeño, un poco estrecho, pero acogedor. La decoración está bonita y cuidada, con dibujos en las paredes y baños. La comida excelente, nos encantó todo lo que probamos. Pedimos dos platos de la sección de comida coreana: los calamares picantes y el pollo dulce. De la sección japonesa pedimos un set de nigiris y makis, ebi fry, nobitoro, tartar de atún, y un yaki soba. De postre una especie de tortitas con helado, que estaban riquísimas. Todo estuvo excelente. Además, te sirven un entrante gratuito de una crema de calabaza dulce mientras esperas. El servicio muy correcto, sacaron los platos muy rápido. Las camareras fueron muy amables. Es un poco caro eso sí, pero nosotros repetiremos sin duda. Los baños no son accesibles para personas con movilidad reducida, porque hay que bajar escaleras.