Burro Canaglia Bar & Resto

Había visto en redes sociales que el tiramisú de aquí te lo servían en la propia cafetera y nos acercamos a probarlo. La decoración de la tienda es preciosa, con flores colgando del techo como jardín vertical, mesas con butacas de tela y suelo que de baldosas con grafismos: muy bonito todo aunque la luz tan tenue no deja ver bien los alimentos. Pedimos el tiramisú y la tarta de queso con Pecorino y trufa y unos cafés ☕️. Las raciones son pequeñas y aunque estaban buenos los postres, me parecieron un poco mazacote. El tiramisú era una crema compacta de mascarpone hecho con gelatina. El bizcocho empapado en café también estaba muy compacto. Debe ser un postre más ligero elaborado con huevos. La tarta de queso tenía buen sabor, pero pecaba de lo mismo. Demasiado compacta con base de mucha galleta desmenuzada de forma muy rústica. La textura no me gustó. Creo que debían ser más delicados con los postres. Servicio rápido y atento.

Hemos estado en este local dos veces, repetimos porque estuvimos en noviembre y fue buena experiencia, sin embargo esta vez los platos bastante menos elaborados y menos abundantes. Recomiendo la pasta Frutti di mare, que me gustó mucho en la anterior visita, el hummus y la tabla de quesos también me parecen buena opción como entrantes. El servicio es correcto y el local muy agradable, buena decoración y buen gusto.

Hemos ido un grupo de amigos y nos ha gustado mucho. La decoración del local y de los baños muy bonita. La comida estaba rica y con un sabor especial y diferente, no es un típico italiano. Tienen grifo de diferentes cervezas y te lo traen muy bien servido en copas. La atención del personal también ha sido muy buena.

Un sitio precioso y muy acogedor. La atención del camarero fué impecable. Lo mejor, para mi, es que puedes pedir medias raciones y eso te permite probar más platos. Recomiendo totalmente el Carpaccio de presa ibérica de bellota con parmiggiano y Panciotti de queso cabra e higos en salsa gorgonzola. ¡Todo riquísimo!

Vi varias recomendaciones en internet sobre este restaurante italiano y me ha decepcionado un poco. Carta extensa, con platos originales y posibilidad de pedir medio plato. Pedimos de antipasto huevos con trufas, despues risotto de boletus y pizza fruit di mare. De postre brioche de torrija con incienso y helado de panacota. El postre junto al vino Merlot fue lo mejor. Los camareros muy amables. Lo peor fue el precio, me pareció bastante caro, más de 65 € para 2 personas, la terraza excesivamente ruidosa, el risotto estaba duro Y se aparca fatal

Nada más entrar al restaurante llama la atención la decoración tan cuidada que tiene y su luz tenue, dispone de una carta bastante amplia donde puedes degustar platos de todo tipo principalmente italianos. Probamos huevos rotos con patatas, pasta a la carbonara y tarta de queso y trufa que estaban deliciosos. Raciones generosas como Dios manda. Precios elevados sobre todo los postres. Dijimos a la camarera si el pan lo cobraban y nos dijeron que si a pesar de no consumirlo, pensamos que si no lo tomábamos no lo cobrarían y no fué así, deberíamos haber sido informados y que en la carta QR venga ese tipo de información adicional para que no haya malentendidos con los clientes. Ésto se está convirtiendo en una costumbre bastante mala en muchos restaurantes. Nos invitaron a un chupito de limoncello al terminar la velada. A pesar de haber quedado bastante satisfecho no volveré porque nos hemos sentido engañados.

Sitio moderno y decorado con excelente gusto. El servicio superatento. La comida en consonancia con el lugar todo riquisimo. Comida italiana con toques de cocina asiática japonesa y peruana. Mención especial a la ensaladilla de patata violeta con pulpo y raviolis de rabo de toro. Cumplen estrictamente medidas anticovid. Recomendable y deseando volver de nuevo