Infame Restaurant

Llevábamos tiempo queriendo ir y no nos hemos equivocado. Es una mezcla de comida tradicional y moderna, tienen platos fuera de carta también. Nos pedimos los saam de pato estaban espectaculares, los nigiri con picaña con trufa y hueco de codorniz la combinación muy buena pero para mi gusto tenía mucho arroz, el tiradito de lubina con una salsa muy cítrica que le quedaba muy bien y acabamos con unas albóndigas que tuvimos que pedir pan para rebañar, la tarta de queso muy buena también. El servicio si es verdad q al principio fue un poco lento pero luego marcharon los platos muy bien y los camareros majísimos. Volveremos

Magnífico restaurante de la Cava baja. El local se compone por tres partes, la zona del bar con una barra de mármol que no deja indiferente a nadie, el salón principal y el salón superior, perfecto para eventos y cumpleaños o cenas un poco más íntimas, y en un futuro, una cuarta parte «la cueva de los infames» en la planta inferior, un lugar donde el amor a la cocteleria y el flamenco irán de la mano. - Ubicación: Centro histórico. - Dificil aparcar. - Tamaño: Medio. - Limpieza: Exigente. - Servicio: Muy profesional. - Calidad: Fantástica. - Cocina: Tradicional. - Precio: Muy asequible. 40€/ persona. - Accesibilidad: Adecuada. - Digitalizado: Regular

Servicio excelente por parte de ambos camareros,muy atentos ambos,y muy bien trato. Fuimos el sábado 23 de septiembre a cenar,y había flamenco en directo. Comida muy buena, pedimos a compartir: la ensaladilla rusa, bacalao y el lomo argentino,y de postre tarta de zanahoria. Todo muy bueno. Repetiremos seguro.

La decoración del restaurante es muy bonita y el espacio acompaña q pasar un buen rato con una copa de vino. En cuanto la comida, aunque está bastante buena, algún plato le falta más sabor. Por ejemplo, los nogueris con huevo, o el tartar de atún son algo insípidos. Dicho esto es una buena opción por la Latina así que seguro volveremos.

Comida rica y variada. Desde un -espectacular- txuletón a cosas más imaginativas. Eso si vas a comer porque ir de vermú o sobremesa es una opción que hasta puede tener sorpresa. Es un sitio en plena La Latina donde vamos los que vivimos aquí, asegurando entre tanto turisteo, porque sabemos que no hay clavadas.