Ochenta Grados Castellana

Mi visita a Ochenta Grados en La Castellana, Madrid, fue una experiencia culinaria realmente encantadora. Los platos que más destacaron fueron los raviolis de cangrejo chili, los macarrones rellenos, el cordero asado a fuego lento y las patatas bravas. El bartender Dani demostró habilidades excepcionales, lo que añadió aún más a la experiencia, mientras que el jefe de sala Leo fue súper amigable y atento. Además, el detalle único de un baño estilo discoteca le dio un toque divertido y peculiar. Ochenta Grados es un lugar muy popular, así que recomiendo hacer reservas para asegurarse un sitio en este destino memorable y placentero para cenar.

Una barra cuadrada tipo pub con un camarero que bailaba y cantaba al ritmo de la música mientras servía a una pareja que comía allí sentada hizo que los dos nos sentásemos en nuestra mesa con una sonrisa y cargados de "buena vibra". Buscábamos algo diferente pero sin salirnos de materias primas "clásicas", ya que soy alérgica a la soja y actualmente en la cocina moderna se utiliza mucho. A los pocos minutos de estar sentados nos atendió un chico encantador al que le expuse mi alergia y se involucró activamente. De beber pedimos el distinto, que es la bebida estrella, un tinto de verano cubierto con una espuma que me recordaba a un sorbete de limón, muy fresco y ligero, un acierto. Lo primero que tomamos fueron dos platos fríos, el tartar de salmón, donde encontramos una mezcla perfecta entre la crema de mango y el sabor intenso característico del salmón, 8/10, y el esclair de parmesano relleno de steak tartare, un sabor que no deja indiferente, un toque picante pero muy suave en boca, el contraste perfecto dulce salado, la mostaza potencia el sabor de la carne positivamente, 8,5/10. Pasamos a los platos calientes, croquetas de jamón y de carrillera. Me quedo con las primeras, como dije soy muy clásica, una bechamel increiblemente suave y un sabor exquisito a jamón de calidad, para mí un 9/10. A pesar de ello, siendo sinceros os recomiendo las segundas, una fiesta para tus sentidos, un relleno que no podría describir, suave, agradable, un sabor totalmente nuevo que culmina con un rebozado crujiente pero nada graso, no podéis iros sin probarlas 9/10. A continuación nos trajeron el pan de queso, totalmente superfluo, pero adoro el queso, necesitaba probarlo, está bueno, me recordó al típico pan venezolano, 7/10, y el sándwich de costilla melosa... "buah" su sabor recuerda descaradamente a algo que no voy a decir, pero que dirás en alto nada más probarlo, la carne se desmenuzaba y la mezcla de texturas y sabores generan una sensación de placer que podría ser adictiva. A continuación nos trajeron el huevo trufado, durante toda la comida vimos pasar bandejas con este plato para todos lados, con total honestidad ha sido el plato que menos me ha gustado, no está malo en absoluto, pero al mezclarlo todo la patata y el huevo mataban absolutamente la presencia de jamón, la trufa tiene un toque perfecto, pero se me hizo pesado, no lo terminé, 7,5/10. Ahora bien, para terminar nos trajeron cordero asado a baja temperatura, canela en rama, un contraste de sabores y texturas que hacen de este plato un obligatorio, el sabor del cordero con la salsa de calabaza y esa fiesta de texturas, al entrar en tu boca todo se deshace creando una explosión de sensaciones maravillosa. Sin duda mi favorito 10/10. Para culminar pedimos café y postres. La tarta de queso sin más, no puedo decir que no estuviese buena pero como amante del queso y con las expectativas muy altas, esperaba más. La base de galleta me pareció demasiado intensa y eclipsaba totalmente el sabor característico de la tarta de queso, 7,5/10. Ahora, si quieres un colofón final, irte de allí con un buen sabor de boca y un poquito de nostalgia, la leche con galletas, tienes que pedirla, la textura fina y suave totalmente homogénea pero con los sabores perfectamente diferenciados, junto a su base de caramelo de chocolate viajamos a los desayunos de nuestra infancia de leche con galletas migadas, un postre que va a gustar a todos, 9,5/10. Claramente pedimos demasiado, salimos de allí que no podíamos ni movernos, pero nos pudo la gula, quisimos probar todo y creo que nos sobró el pan, las croquetas de jamón y teníamos que haber compartido el huevo trufado, no por calidad si no por cantidad. Los chicos te recomiendan pedir poco a poco y eso es un acierto, quizá de dos en dos para no llenar la mesa y que no resulte abrumador y así poder disfrutar de todos los sabores por separado. Claramente lo único que no me gustó fue que los platos estaban fríos, eso me decepcionó un poco, una mayor temperatura potenciaría el sabor y la exquisitez de los platos. Por lo demás una experiencia 10.

Fui a cenar hace una semana. Servicio y atención muy buenos. Pedimos de comer: - empanadillas de langostino al curry, con ketchup de cereza - huevo trufado - macarrones rellenos de ragout ibérico - Croquetas carrillera y curry rojo - sándwich tostado de costilla melosa con mostaza encurtida a la miel - tarta de queso - leche con galletas Relacion calidad precio muy buena. Sin duda repetiré de nuevo

Siempre es un acierto, sobretodo por el sabor de la comida y la atención del personal, es genial :) El sandwich de costilla es espectacular, sin embargo la ensaladilla deja mucho que desear, pues allí le dan un toque original a todos los plantos y sentí que le faltaba algo. Una recomendación, podrían cambiar un poco la carta, llevo visitando el lugar unos 4 años (el primero que montaron) y siento que, una renovación para todos aquellos que vamos con frecuencia, sería ideal. Por lo demas, un 10!!

Gran experiencia gastronómica en este restaurante. Lo que pedimos en el menú del día nos gustó mucho, sobre todo la hamburguesa cantonesa y los huevos trufados. Lo que menos, podríamos decir la ensaladilla rusa que estaba demasiado salada. Atención buena y todo vino muy rápido. Los postres muy ricos también. 100% recomendable

Lugar muy bien ubicado en plena castellana, la decoración del sitio es chulísima 🤩 el personal super agradable. Llegamos sin reserva y por suerte nos dieron mesa. Los platos me quedo con el salmorejo, el sándwich de costilla y el postre de galletas con leche. Los macarrones rellenos y el mollete pues normal la verdad un 6/10. Ahh y la bebida ⭐️ el tinto de verano me ha encantado, te lo ponen con una espuma de limón 🍋 muy recomendable si te gusta. En general satisfecha y la guinda del pastel el precio es cierto que los platos son pequeños pero para cenar 2 personas nos han recomendado que unos 3 platos por persona es perfecto. Volveremos 🥳

Magnífica experiencia. Me habían recomendado que no dejara de ir cuando estuviera por Madrid, que me iba a sorprender con los platillos que ofrecen; probé cinco, y cada uno más sorprendente! Unos de los que más me gustaron fueron el sandwich tostafoxde costilla melosa y la ensaladilla de jamón ibérico. Muy recomendable. Una atención de 10. El personal muy amable y educado!. Volveré a visitarlos cuando regrese a Madrid.