Restaurante Fortunata

Sitio excelente para comer de raciones, con muy buena calidad y a un precio contenido. Las croquetas líquidas, el lacón con brie y cebolla caramelizada, los chipirones y los torreznos son dignos de mención, entre otros. También tienen opciones interesantes en cerveza y vino. Puedes cenar por 13-20 € por persona aproximadamente. La terraza es agradable y por dentro el local es muy bonito. Muy recomendable.

Un restaurante de barrio, muy reconocido en la zona. Dispone de una terraza amplia, servicio profesional y amable, tanto en la cocina como el de sus camareros. Un lugar muy recomendable para tomar unas cervezas, buenas tapas y en la carta destacan sus buenas raciones. Muy recomendables las croquetas de bacalao, chipirones, torreznos o los huevos rotos. Comida casera que merece la pena probar.

En la calle Ferrocarril es difícil decidir dónde degustar una tapa o tomarte una Mahou, pues todos los bares se come delicioso y se bebe Mahou de Barril, muy bien tirada. Hoy nos hemos pasado por Fortunata. La decoración muy de Madrid, nos recibe un mural divino de Benito Pérez Galdos, con lo cual ya sabes de dónde viene el nombre de la taberna de la obra "Fortunata y Jacinta" al ver el local, recuerdas a esa Fortunata chulapa del pueblo de Madrid, con su Manton de Manila. La simpatía de sus camareros, se nota desde el primer momento, son rápidos y amabilisimos. La cerveza de Barril Mahou y sobretodo "Maestra" es espectacular. No te puedes ir sin esos torreznos que sirven recién hechos, la paella o los huevos rotos. La tarta de zanahoria riquísima. Tenemos que volver.

Se come estupendamente. Comida casera de la mejor. Estaba todo tan bueno y teníamos tanta hambre que se me olvidó hacer fotos. Las croquetas de bacalao buenísimas. Los calamares y las patatas bravas-alioli duraron poco porque éramos seis, y eso que quemaban. El que comió la sepia dijo que estaba un pelín dura pero no dejó nada. Las alitas de pollo crujientes y buena cantidad. Las hamburguesas especiales de la casa con patatas tenían buena pinta, los que se las comieron no dejaron ni las migas. La de los chipirones se dejó un poco, dijo que estaban buenos pero que no podía más. Y yo pedí rabo de toro que lo disfruté bastante, aunque un trozo estaba un poco más duro y reseco pero era el más pequeño, así que tampoco me importó mucho. La tarta de zanahoria muy rica. Al final nos invitaron a un chupito.