El Brillante

Un buen lugar si estas de paso por Madrid, mas si sales de la estación de tren. El servicio es muy rápido, la comida es sencilla pero muy buena y el local recuerda a el típico bar de los años 90. Una muy buena experiencia si estas de paso o quieres comer algo bueno, con calma, pero que no tienes mucho rato. No hay muchas sillas algunos taburetes pero sobretodo estaras de pie.

Desayunamos en un sitio histórico por menos de 10 euros: un chocolate buenísimo,5 churros madrileños perfectamente fritos y nada grasientos,yo un mini lleno de calamar café con leche y agua con gas. La segunda vez mi señora desayunó lo mismo y yo una baguette de ternera de Ávila con pimientos verdes fritos,además de un café con leche por sólo 14 euros. Los camareros de toda la vida rápidos ,atentos y contando las comandas... Para la próxima me queda probar ,su oreja a la plancha,torreznos y su tortilla con callos !!! Volveremos!!!

Es un lugar de típica experiencia Madrileña. Llegamos y nos atendieron muy rápido, aún no habíamos acabado de pedir y ya teníamos nuestro plato preparado. El bocadillo de calamares, espectacular. Volveríamos a repetir en este lugar tan familiar. En la foto salen los bocadillos empezados porque teníamos mucha hambre jejeje

Siempre que venimos a Madrid, buscamos el bocata por excelencia y este sitio no nos a defraudado. El bocata de calamares estaba muy bueno pero las bravas me sorprendieron. Cuando entras te hace recordar a los bares de antes, ya sabes, un bar de los de toda la vida, te hace recordar al pasado y tiene fotos que lo demuestran que llevan desde 1885. El trato de los camareros es muy bueno y te hacen estar muy a gusto. Seguro repetiremos.

Un bar icónico cerca de la estación de Atocha, muy frecuentado, por ello los camareros van algo justos para tomar nota o pedira cuenta. (Por si has de coger el tren con tiempo justo en la estación). Es difícil coger sitio en la terraza, puedes comer dentro o para llevar. Gran variedad de comida, sin embargo se destaca el Bocadillo el Brillante (el famoso bocadillo de Calamares) por 9€, también cuenta con una versión más pequeña "Mini el Brillante" por 5€. Iba con hambre y me gustó, es lo que promete, un bocadillo con calamares sin adorno.

Me gustó mucho visitar y conocer este bar. A pesar de haber vivido un año en Madrid no lo había visitado. Está junto al Museo Reina Sofía y en frente de la estación de trenes de Atocha, lo cual le da una ubicación por un lado muy accesible y, por el otro, conveniente para cenar o comer antes o después de viajar en tren a algún destino. La comida es muy rica, el servicio bastante lento por la cantidad de gente que acude a él, pero lo que me gustó mucho es el ambiente. El bar está lleno de españolas y españoles que hacen fila por entrar. Las familias se reúnen, quizás para despedir o recibir a alguno de sus miembros y eso hace que te la pases muy bien al ser testigo de estos encuentros. El bar tiene espacio en el interior y dos áreas más, al frente, por la calle, frente a la estación de Atocha y en la parte trasera, frente al Museo Reina Sofía. Lo recomiendo mucho y en todos los aspectos.