Pastelería Quequén

Lugar tremendamente céntrico, de ambiente agradable y poco concurrido para comer o tomar un tentempié. Los sándwiches son algo caros pero la verdad es que merecen la pena por la calidad, el tamaño y la originalidad de los sabores. Un lugar por el que me gusta pasar de vez en cuando para hacer una parada y retomar fuerzas. El personal, además, suele ser muy agradable

Pastelería argentina en plena calle San Bernardo. La camarera que nos ha atendido extremadamente simpática. Tienen pastelería típica de su país, basada sobre todo en el dulce de leche. El lugar es muy agradable con una decoración acogedora. Bastante tranquilo al menos en nuestra visita. Muy limpio y bien organizado. Los precios están bien para la zona.

Un toque argentino dulce y salado en el centro de Madrid. Lo mejor la tarta 🍰 y las empanadas✅. Tienes una gran variedad en ambos casos. Te recomiendo la de fresa 🍓 y nata. Las empanadas excelentes las tres que probamos, pero la de Humita es algo especial y distinto✅. Lo peor el batido de fresa, que además de caro es más bien un mejunje, así que abstenerse de pedirlo⛔️. El café ☕️ estándar aunque bien presentado✅. El local es espacioso y amplio aunque debieran revisar el hilo musical que además de alto para mi gusto no encaja con el sitio✅ recomiendo al dueño que se haga una buena lista de spotify mejoraría mucho el ambiente. Una mención a la atención muy correcta por parte de quien sirve, enhorabuena😘. En conclusión un sitio muy correcto para desayunar y descubrir sabores de otras partes del mundo con un ambiente agradable. Pásate a descubrirlo👍.

Sitio agradable en el que disfrutar de una buena merienda teniendo muchísimas opciones a elegir. El personal un poco serio, pides en la barra, te cobras con una máquina y te sirves. Un poco caro quizá cuando lo único que hacen ellos es pedirte qué quieres (insisto, en la barra, no hacen servicio a la mesa) y prepararlo. Dos porciones de tarta (3,50€ cada una, ambos nos pedimos la misma, la tarta de zanahoria con dulce de leche. Muy rica. Un 7/10), un cortado y un té nos salió por algo más de 10€. Así que un poco caro cuando no te sirven en la mesa. Por lo todo lo demás, genial. Merece la pena si se quiere estar en un sitio tranquilo tomando una rica merienda y probar lugares nuevos.