Piccolo Grande Amore

El Servicio excepcional, de simpatía, amabilidad, etc. Ella, que no le pregunté el nombre, se volcó en hacernos la estancia agradable en todos los sentidos. Las Pizzas muy buenas. Solo una pega: demasiado para elegir. El tiempo de espera no es corto, pero se entiende porque las pizzas se tienen que hornear. Eso sí, si pides, por ejemplo una para los niños con más urgencia, la tendrás muy rápido.

Venimos cada año porque nos queda lejos de casa. Está última ocasión (sábado 5 de agosto de 2023), reservamos en la terraza y pedimos una pizza Margarita y una Michael (con champiñones, ajo, cebolla y orégano). Las pizzas son muy buenas, preparadas con ingredientes naturales y una masa recién hecha. El servicio es promedio, nada sobresaliente. Los camareros cumplen con su trabajo a secas, sin más. El vino que pedimos no estaba a la temperatura correcta y tampoco tienen conocimientos para recomendar con qué bebida maridar las pizzas, pues principalmente sirven cerveza y refrescos. Los vinos que nos ofrecieron se limitaron a "Rioja", "Ribera" y "Roble". Por otro lado, los baños están impecables y el sitio por sí mismo tiene su encanto. La terraza ofrece una estética urbana, de barrio y muy disfrutable en verano. Si buscáis una buena pizza, sin más, sin artilugios, a precio razonable y en un ambiente desenfadado, este es el lugar.