Mérimée

Estupenda experiencia en este agradable restaurante. Un servicio muy agradable y atento. En un ambiente relajado y con una música muy agradable, te atienden con una sonrisa y con eficiencia. Los platos son generosos y muy sabrosos. Un precio muy acertado, casi económico. La decoración es muy bonita, te ayuda a relajarte en el Ajetreo de Madrid

En pleno centro, comida mediterránea de calidad y nada cara para lo que es. Además entre semana hay menú del día (viernes incluido) a la hora de comer. La decoración es muy bonita y tardan 0 en atenderte y traerte la comida. Aunque parezca un local pequeño, tiene dos plantas, por lo que el aforo es bastante. Nos pedimos los huevos Rotos para compartir, todo un acierto porque estaban buenísimos, con sabor a trufa y jamón que se notaba de calidad. De segundos el bao (el pan me supo raro, he probado pan de bao en otros sitios y me ha gustado más, creo que estaba un poco crudo pero aún así el relleno estaba exquisito), y la hamburguesa con pimiento, cebolla caramelizada y queso brie (un 10). Para terminar la tarta de chocolate con lacasitos, realmente buena si te gusta el sabor intenso a chocolate.

Es un restaurante con una decoración muy agradable y con dos pisos, lo malo es que en el piso de abajo no hay nada de cobertura. Hay mucha variedad de platos y en concreto los baos de rabo de toro están muy ricos. Hay una buena relación cantidad/precio. La tarta de queso está buena pero no es tan cremosa como en otros sitios.

Estupendo lugar para comer. Tiene toda la fachada de puertas acristaladas abatibles, con lo cual, la ventilación es muy buena. El camarero no puede ser más amable. Su atención es de 10. Las comida tiene una muy buena relación calidad-precio. Platos muy bien servidos y variedad. Os recomiendo las costillas y el risoto, son espectaculares. Las coca-colas son del formato grande. Puede parecer una tontería este detalle, pero viendo el precio al que están en los bares los refrescos, qué mínimo que para comer te pongan una en condiciones. Repetiremos.

Fuimos de improviso el sábado 6 de abril y nos dieron una mesa super rapido sin tener reserva, la verdad que ya me había resignado a cenar a las 12 de la espera que había en toda la zona, pero fueron muy atentos. Fuimos 3 personas y TODO super rico, desde la sangría hasta el postre, buenísimo. Los precios son adecuados para lo que sirven, lo recomiendo 100%. Me he vuelto adicta al risotto desde entonces. Todos los camareros son muy amables y atentos. Me enamoré de este sitio.