Charlotte

Las tardes de domingo se llevan bien con un té americano y algo de música de fondo. Si tienes suerte y te puedes perder en un rincón de Hortaleza, anónimo al mundo y con el tiempo suficiente como para disfrutar del ambiente, a veces puede suponer una dulce catarsis donde la el olor a café y el suave rumor del entrar y salir de la gente te transporta a cualquier sitio que te propongas. Hoy ha tocado un té con una espiral de cáscara de limón y una ramita de canela. Hecho con cariño, sin duda alguna. Así, la tarde del domingo se pasa amena, templada al contacto gélido del aire sobre la ventana. Verónica, detrás de la barra, baila al son de la guitarra de Coque. Mientras su compañera se coloca el abrigo al otro lado de la barra. Su novio hoy la recogerá en unos minutos y se irán al Dómino’s, o eso le decía a Vero. De fondo, un grupo de ingleses europeístas cuentan su experiencia en la puerta del Sol en el día de ayer. Según vi en televisión, la plaza de Callao hervía en golpes, gritos y abucheos dirigidos a la policía con un lema de fondo: “Llibertat per els presos politics” —entendí que coreaban, en pleno ataque de inconsciencia colectiva por televisión—. I Frente a mí, compartiendo mesa, Cristina sigue con su oposición y la vida se nos va en un ratito en este rincón de Hortaleza, entre cafés, risas y el trasiego de animados clientes.

Entramos porque no encontrábamos nada mejor por la zona a las 11 de la noche, y la verdad es que nos gustó mucho! Nos pareció que era más bien un sitio para tomar copas en vez de cenar, pero la comida estaba realmente buena. Comimos una ensalada mediterránea y una césar, las dos muy buenas, acompañadas de pan tostado y también unos tortellinis (esto es lo que menos me gustó porque llevaba crema de leche). Tienen cerveza Paulaner. El único inconveniente es que se equivocaron dos veces con la comida (nos trajeron platos que no eran para nosotros)

Estuve este fin de semana con una amiga y el sitio me encantó. Es un lugar tranquilo con dos plantas donde podrás tomar una buena copa o cocktail mientras tienes una divertida charla. Ponen música de fondo, lo bueno es que no la ponen alto. Tiene un ambiente cálido y los camareros son muy simpáticos y serviciales. La verdad que fue la primera vez que fui y pienso repetir. Lo malo es que el baño está en la planta baja, así que si vas un poco bebido debes tener cuidado. En la parte de abajo puedes organizar tus eventos o fiestas y la decoración es estupenda. No puedo tener malos comentarios hacia este lugar porque la verdad que me encantó.