The Observatory- Hotel Puerta América 5*

Trato increíble, hacía mucho que no nos trataban tan bien en un restaurante y menos en Madrid. Muchísimas gracias a Javi y a la chica que nos trajo el postre también, se agradecen gestos así en un momento difícil. Sin duda volveremos porque las vieras y el costillar de cerdo ibérico estaban espectaculares. Por supuesto las vistas son preciosas.

Precioso sitio a la entrada de Madrid situado en el penúltimo piso del hotel puerta de América, con unas vistas preciosas de la ciudad, de hecho en las mesas hay prismáticos para que te asomes a mirar por la ventana. Buen servicio y los platos muy buenos y elaborados. Para cenar pedimos vieiras con jugo de naranja, muy recomendable, el toque de naranja le da un sabor diferente y muy rico, ceviche con cilantro, me encanto la idea de ponerle una pipeta con jugo de cilantro para el que le guste potenciarlo más y para terminar con los entrantes, bogavante asado también muy recomendable. De segundo pedimos bonito en espuma de queso majorero y mojo picón, un plato muy ligero y rico de sabor, ideal para cenar y carrer de cordero con salsa de nueces y milhojas de bacon y foie, un plato algo pesado para cenar, pero también muy bueno, la única pega es que la porción no viene deshuesada y puede que cueste un poco cortarlo. De postre pedimos tarta de queso que venía preparado con helado de frutos rojos. La cuenta con la bebida incluida fueron unos 160 euros, pero si reservas con el tenedor tienes buenos descuentos. El menu degustación son 75euros, y son muchos platos. Nosotros volveremos en otra ocasion especial.

La localización es espectacular, cenas con unas vistas de casi todo Madrid. Si unes el bar donde tomar algo tras la cena en el otro ala del hotel, tienes una vista de 360 grados desde el techo de Madrid. El ambiente muy agradable, tranquilo y con una decoración exquisita. El jardín vertical lo hace muy acogedor. Los prismáticos en cada mesa para poder observar Madrid, es un detalle. Los ingredientes de mucha calidad, probamos la terrina de foie, bogavante asado, lubina al cava y el solomillo asado, de postre el cremoso de queso. Todo espectacular, pero la cantidad justa para saborearlo. Lo típico en la alta cocina... como altos, demasiado, son sus precios. La atención sin más, correcta. Aconsejando y cantando los platos en su justa medida.