Landareak

Hemos ido buscando su tarta de queso, de la que guardábamos un muy buen recuerdo de hace un par de años. He de decir que la memoria es traicionera, porque recordaba la tarta buenísima, pero hoy estaba aún mejor. Además, hemos podido hablar un buen rato con el dueño, y se nota la pasión que tiene por la cocina y por el trato a la gente. Cuando las cosas se hacen con calma, con cariño y siendo fiel a unos principios, saben muchísimo mejor. Precios más que justos y sabores increíbles. Repetiremos mil veces.

Este restaurante es una joya. Fui a la propuesta gastronómica en diciembre con mi chico y salimos encantados. Desde el momento en el que entras por la puerta ya sabes que no vas solo a cenar, sino a vivir una experiencia totalmente exclusiva. Los sabores son alucinantes, las presentaciones impecables, ¡y qué decir del trato! Julián (el chef) nos recibió y nos fue explicando plato tras plato, creando un ambiente mágico. Desde entonces he vuelto en dos ocasiones. La primera fue en una merienda con unos amigos en la que comimos tarta de queso (la mejor que he probado), tarta tres leches, galletas, gofres con helado y muffins acompañados de chocolate caliente, tés y zumos naturales. Estuvimos con niños y el trato hacia ellos también fue espectacular. La segunda ocasión fue para una cena en la que comimos entrantes (tosta con sin jamón y croquetas), plato principal (tajín de calabaza y p con tomate) y postres (mousse de chocolate y helado de calabaza), todo increíble. Por todo esto, es un restaurante que recomiendo a todo el mundo, veganos y no veganos. Suelo comer fuera a menudo y en ningún sitio he recibido un trato parecido. Se nota que tienen una buena materia prima y que detrás de cada plato hay un equipo de profesionales que le ponen todo su cariño. Además, el ambiente es muy íntimo y te sientes como en casa. Pienso llevar a todos mis familiares y amigos a este gran descubrimiento para que se sientan tan mimados como yo. ¡Gracias por ser tan especiales! ♥️

Una experiencia maravillosa, el mejor restaurante Vegano en el que he comido nunca, una atención inmejorable por parte de Julián y Olga, muy cercano y explicándote cada plato, pendiente de que todo vaya bien , todo es un espectáculo desde los torreznos de arroz y pimiento de la vera, pasando por la sopa de marisco más increíble y lograda que haya comido nunca (asusta un poco), y respecto a su tarta de queso, no encuentro palabras para poder describírla, GRACIAS por la experiencia, deseando de volver de nuevo

Según abres la puerta de Landareak te das cuenta que llegas a un lugar especial, sus colores, texturas, olores, etc te transportan a otro mundo, su chef te recibe en su casa para que la sientas como tuya y te ofrece un menú único lleno de sabores que juegan con tus sentidos, vegetales llenos de sabor y misterio, sin lugar a dudas volveremos, una noche que ha sido la primera de muchas, gracias Julian por hacernos mas felices

Magníficos platos hechos con ingredientes de alta calidad. Un lujo el menú que proponen: aperitivo, primer y segundo plato y postre. La tarta de queso espectacular. Te atiende el chef (Julian) que amablemente te explica los platos. Te hacen sentir muy bien. El salón tiene 5 mesas. El ambiente es muy agradable. Unos 30 euros por persona

Una experiencia que merece la pena. El sitio, el trato y el momento son muy agradables. En cuanto a cocina, es bastante curioso como sólo de ingredientes veganos, se pueden conseguir texturas y sabores tan ricos y parecidos a platos para no vegetarianos. Todo lo que probé estaba delicioso. El sitio es pequeño por lo que para alguien que no tiene dudas en salir a comer, el proceso de reserva es incluso beneficioso en el sentido de encontrar mesa. Me parece además razonable que se pida señal de reserva porque al ser pequeño las ausencias caprichosas se resienten en este modelo de restaurante. Mis felicitaciones a Julián por su idea innovadora, su conocimiento y habilidad experimental en la cocina, y por su simpatía.