Sake Dining Himawari

La comida sigue siendo excelente, pero han simplificado la carta y tienen problemas con el tiempo entre plato y plato. Una sola camarera (muy maja y competente) lidia con todo fuera de cocina. Sigue estando bien pero se está quedando atrás. Imprescindible el descuento de El tenedor, as puede cenar por 25€ por cabeza.

Restaurante japonés económico y pintoresco, no muy grande y coqueto. Está situado frente al teatro María Guerrero, esquina calle Almirante por lo que a la hora de la comida suele haber mucho gente que trabaja por la zona. Tiene menú del día de 15 euros o ejecutivo por 18 con primero, segundo, bebida, postre o café. Disponen de mesas bajas de cuatro con dosel que resultan muy cómodas si quieres intimidad, pero también disponen mesas normales. La comida está buena y el trato agradable, pero para pagar, si tienes tarjeta de comida de empresa, no funciona. Hay que tenerlo en cuenta. Aunque el chef es asiático, suele haber personal español sirviendo. Mis favoritos son la sopa de algas y marisco y el sushi y el maki variado del menú.

Uno de mis restaurantes de sushi favoritos en Madrid, junto al yokaloka (más barato pero con un horario muy restringido y con muchos problemas para conseguir sitio) y al art&sushi (que tiene un precio intermedio). El Himawari es caro por la noche y en fines de semana, pero entre semana a mediodía el menú es barato (18eur por persona) y espléndido. Siempre cogemos la sopa de udon (bastante suave, personalmente me encanta) y el sashimi (siempre estupendo, y a menudo con algún tipo de pescado que ese día está absolutamente espectacular). Precio, lo dicho: nosotros vamos entre semana y cogemos el menú del día, y con eso salimos a 18 eur por persona. Por la noche o en fin de semana, mucho más caro (y entonces es cuando vamos al yokaloka o al art&sushi).

Si esperas un japonés tradicional no es exactamente el sitio. Su cocina es japonesa con toques mediterráneos en algunos platos -como el niguiri de huevo de codorniz con trufa (de-li-cio-so). Ambiente moderno y joven con música blues-jazz amenizando la velada. Impresiona su carta de Sakes, pero ojo que también lo hacen sus precios ;) En general muy bien todo, tiene 4 mesas típicas japonesas bajo la altura del suelo y la atención es muy cordial. No se si esta regentado por japoneses pero los empleados son occidentales. PS: Me sorprendió el Shashimi de calamar, lo pedí con cierto miedo pero fue un acierto.

El local es tradicionaj japones, te sientas en el suelo y tus piernas cuelgan en el hueco que queda, muy tranquilo, acogedor. La atención es maravillosa. Pero lo mejor es la comida, se basa en opciones sencillas centradas en la calidad del producto. tuve la suerte de ir a mediodía donde el menú son 15 euros+ IVA lo cual es toda una oportunidad. Recomendación personal: el udon frío (no es muy común encontrar en Madrid sitios que te pongan el plato frío) aunque la versión en caliente, un poco picante es también excepcional. El pescado estupendo, incluyendo igualmente algunas opciones menos habituales como el sashimi de vieras que me encanta. Había además dorada y otro pescado, blanco que no tengo identificado. Hay varios postres pero optamos por un té macha igualmente estupendo y como debe ser caliente en exceso.

Buen japonés. Tiene un precio elevado respecto a lo que hay en el entorno (35-40€/pers) pero el producto es de buena calidad y la elaboración cuidada. El sitio es muy curioso y sólo las personas que bocean (están en todas partes) estropean la atmósfera. Recomendable. Nota: el sitio está un poco más metido en la calle de lo que aparece en el mapa.

He elegido Sake Dining, porque a mí quizá este restaurante es de los que más me ha conquistado por todas las cualidades que reúne. Como he leído en anteriores ocasiones, el trato es excelente, y realmente saben aconsejar; el ambiente es de lo más agradable y curioso; pero ciertamente, me encanta todo lo que allí hemos comido, excepto el flan que hay de postre hecho con sésamo negro y judías :S Mis recomendaciones? Os recomiendo a tod@s por supuesto la ensalada de atún y aguacate (espectacular), la tempura de anguila, los niguiris de ventresca de salmón tostada (no os los perdáis si están en carta, porque se derriten en la boca, excelentes), y las shitake al horno... buenas aunque no sorprendentes. Me decepcionó el sashimi, pues creo que no es su fuerte... En general creo que tiene muchísimo encanto y una carta fuera de las líneas más típicas de los restaurantes japonenes. Perfecto para una cena en pareja o con amigos