Taberna Tirso De Molina

Fuimos 2 personas a comer el viernes. Tenían menú a muy buen precio. Sinceramente, es de los mejores restaurantes donde he comido, repetiría no una vez, sino siempre que estuviese por esa zona a la hora de comer. Platos muy elaborados, riquísimos, variedad de elección, y un pan propio... Qué pan madre mía, increíble. Lo recomiendo y les doy la enhorabuena.

Taberna (café, bar y restaurante) súper singular situada en la plaza de Tirso de Molina, es así porque no siendo muy antigua (más de 40 años) está decorada con muchísimo encanto, es una amalgama de estilos: castellano en las paredes de ladrillo antiguo, francés tipo Toulouse Lautrec en las cerámicas, castizo en las vidrieras, la barra y el techo son una fantasía. Sirven una amplia gama de desayunos y platos, también cuenta con terraza. El café un buen arábico y el croissant a la plancha muy rico.

Entramos a tomar unos mojitos. Es un local muy bien decorado, al estilo de las tabernas inglesas, mucha madera, pero con el estilo de los locales del Madrid antiguo. Los cócteles están muy ricos, la atención es muy buena, y la comida, aunque no la probé, tenía muy buen aspecto. El local es una maravilla.

Pasábamos cerca de la Plaza de Santa Ana y nos llamó la atención el ambiente y el estupendo menú de 15 euros, bastante cumplido y atractivo. Es cierto que por la zona a está lleno de locales a cual más pintón y atractivo porque desde luego no puede competir ninguna capital del mundo con Madrid y su oferta turistica y su oferta de restauración. Calles repletas de locales a cual más atractivo, más sugerente, más diferente, con precios increíbles y una oferta gastronómica fuera de serie. No hay otro sitio con estas características que yo sepan ni en Nueva York ni en Berlín ni en París. Desde luego estos sitios tienen mucho encanto, pero Madrid es único, abierto cordial, generoso y amable con todos los visitantes. Bueno a lo que íbamos, la taberna de Tirso de Molina tiene una decoración espectacular, un servicio magnífico y un menú muy interesante. Pedimos de primero una sopa de marisco que estaba muy cumplida y muy buena y una especie de musaka que estaba deliciosa. En todo momento el servicio rápido, amable y eficaz. Llegó el segundo plato que era PAVO CON MANZANA confitada y un codillo con verduras de perfecta realización y de vista muy agradable si, bien como único defecto tal vez tendría la carne algo seca pero estupendo sabor. Disfrutamos los platos por su buena factura, rapidez de servicio y un ambiente más que destacable. Finalmente pedimos el postre que fue un pudin de caramelo que estaba superior. Pusimos fin a la velada con dos tés y fue un broche estupendo. La conclusión es inequívoca, un local precioso con muy buen servicio, buen ambiente y una comida bastante correcta y muy igualada al precio del menú. Más que recomendable.