Villa De Foz

Encontramos el restaurante Villa de Foz por casualidad y nos gustó tanto que repetimos la noche siguiente. El trato fue excepcional, especialmente por parte de Adriana, quién nos hizo sentir como en casa. Llovía a mares mientras que ella hacía lo posible para que no afectara nuestra comodidad, mientras nos trataba con cercanía y mucho encanto. La comida estaba de diez. Se ha convertido en un lugar de confianza en Madrid y lo recomendamos de corazón.

La comida está deliciosa y la atención es cercana. Adriana es muy amable y siempre tiene una buena recomendación que hacerte. La empanada de grelos y lacón es deliciosa, los pescados al horno siempre son una buena opción. El precio está justificado por la calidad. El restaurante es pequeño pero es tranquilo.

La verdad que la comida estupenda, los entrantes fenomenal, y los principales exquisitos, hacía mucho tiempo que no probaba un arroz negro tan bueno, la verdad que muy recomendable. Ampliación de mi reseña anterior. Recientemente tuve el placer de visitar el restaurante por segunda vez, y debo decir que fue una experiencia gastronómica excepcional. Desde el momento en que entré por la puerta, quedé impresionado por la elegancia y la acogedora atmósfera del lugar. El servicio fue impecable desde el principio. El personal, amable y profesional, nos recibió con una sonrisa y nos guió hacia nuestra mesa. Nos explicaron con detalle el menú y nos recomendaron platos según nuestros gustos y preferencias. Si estás buscando una experiencia gastronómica de primer nivel, no dudes en visitarlo.

Restaurante muy bueno, el espacio es un poco pequeño pero la atención exquisita, para mí lo mejor el rape en salsa marinera, estaba increíble, los entrantes muy buenos, aunque quizás un poco escasos pero lo solucionaron con los segundos. Los camareros muy atentos y la verdad que es un buen sitio para comer o cenar tranquilo y relajado con la familia, al ser pequeño no hay mucho ruido y hace que la atención sea más personal, muy recomendado!

Buenísimo. Cocina gallega auténtica y de calidad. Todo está buenísimo. Nosotros pedimos las navajas, que venía una por persona, las zamburiñas, que venían dos para cada uno y el pulpo a feira de entrantes. Luego pedimos la lubina que tenían fuera de carta. En teoría era para 4 pero nosotros éramos 5 y quedamos super llenos. Los postres deliciosos. Me pareció un pelín elevado de precio, pero para una ocasión especial merece mucho la pena.