Hattori Hanzo

Restaurante japonés con platos de cocina tradicional que no encuentras en otros restaurantes de este tipo. Los platos que probamos estaban ricos. Personal amable. Aún así el precio me pareció algo elevado (aproximadamente unos 45€ por persona). Curiosa la parte del restaurante con las mesas a nivel de suelo.

La experiencia fenomenal, recomiendo este sitio por su originalidad. Una de sus curiosidades es que comes casi a ras de suelo con mesas bajas. La comida MUY sabrosa, original y sabores auténticos. La atención y el servicio bastante bien. Pero cierto que es un pelín caro para las cantidades que son. Sin duda volvería y lo recomiendo. Un TOP de los restaurantes originales de Madrid.

Comida: te ponen para picar un edamame que está muy rico, caliente y con un toque picante. Es un detalle. La lasaña espectacular y bien de cantidad para una persona. Las vieiras son de otro mundo! Bastante cantidad de vieira y una crema espesa dulce. Sin duda repetiría! El restaurante es muy bonito pero el baño tiene las papeleras sin vaciar y estaba recién abierto. Para ir sólo 1 persona te ponen en la barra, me parece muy original ya que en Japón se come así, pero les recomendaría que la pusieran en la parte donde están las mesas bajas ya que donde está ubicada lo único que se ve es la puerta y la parte de atrás de la cocina. Servicio: la atención en exquisita, están pendientes de si te falta algo o si te gusta la comida. Mi enhorabuena al personal y en especial a los cocineros

A mi me gustó. Comimos los bao de Karaage, son los baos más deliciosos que he comido, volveré solo a comerlos. También probamos los dos tipos de ramen, la tarta de queso y el Fuji. Me llamó la atención el helado de té matcha, hay muchos sitios donde sabe a grama, pero aquí sabía a té y junto a las fresas y el chocolate, exquisito. Otra cosa que me encantó fueron las limonadas artesanales; probé la de fresa y la yizu. Que fresquitas y deliciosas, no sé cuál recomendar porque ambas estaban ricas. La ambientación y decoración del local es una pasada, el concepto de izakaya, pero adaptado a occidente, es curioso. Cuando vi las fotos pensaba que tenía que quitarme los zapatos, pero no, está pensado para que te sientes y da la sensación de que estás en el suelo. Me gustó.

Muy buen ambiente, camareros amables y el decorado único sobre todo para sentarte en las mesas de adentro que es como un piso por debajo del suelo. Pedimos un Fluffy Pancake de Sakura Bloom y esta muy conseguido el sabor de los pancakes a lo que recuerdo de japón. También pedimos un Especial Mont Blanc de Sakura y esta todo muy rico. Lo único que me dejó un poco mal es el pistacchio white mocha, con toda la buena presentación de los platos, este se ha servido en un vaso de cartón para llevar. Igual un 5/5 por todo salvo ese detalle.

La comida es buena, y la presentación y ambientación es muy buena (ojo, también la estás pagando). El servicio, al menos cuando fuimos nosotros, fue muy bueno. Un camarero muy amable que nos explicaba con detalle cada duda que teníamos. Lo único negativo, los platos son excesivamente caros para la cantidad que traen. En algunos casos está justificado, pero en otros no. Para los entrantes nos recomendaron pedir 3 para dos personas (además del principal) para no quedarnos con hambre, y es cierto. O 2 en caso de pedir postre. Entrantes: En nuestro caso pedimos el Takoyaki y los Baos de gambas. El takoyaki estaba bueno y la salsa también, aunque no tiene mucho pulpo, son cachitos muy pequeños. Los he probado mejores, pero calidad precio creo que es el mejor entrante (9€ nos costó). El bao de gambas es un desastre. De sabor no está mal, pero literalmente es una gamba partida por la mitad en un pan bao con una hoja de lechuga. Se acompaña con una salsa con un toque picante que está muy buena, pero al final da la sensación de que casi solo comes pan de lo vacío que está. Para los 12€ que cuesta el entrante (vienen 2) ya le podían haber metido al menos dos gambas. Principal: De principal pedimos la parrilla de wayu y esto sí que estaba exquisito. Se nota que la calidad de la carne es muy buena, y además viene acompañado de arroz y setas. La combinación de las 3 cosas es excelente. También tiene un cuenco con sal que le viene de lujo a la carne y una "salsa barbacoa" ligera (tiene un nombre en japonés) que en mi opinión queda mejor con las setas y el arroz que con la carne. Además, el que te lo hagas tú mismo en la parrilla da un toque extra de diversión. Sin duda es el plato estrella y merece la pena cogerlo. Eso sí, lo comentado arriba, con esto no comen dos personas aunque te cueste 17€ por cabeza. Hay que pedir mínimo 2 entrantes más. Postres: Para postres no tenían el Fuji, así que pedimos una tarta de los mismos ingredientes que sabía bastante a matcha. Al que le guste, adelante con ello. Y luego la Okinawa, que tenía una consistencia ligera parecida al tiramisú pero con un toque fuerte de yuzu. En mi opinión la crema de yuzu está un poco amarga (no ácida) por haber usado de más la parte blanca del fruto. El helado en cambio estaba muy bueno.

Un buen restaurante para disfrutar de la comida japonesa en pleno Madrid. El restaurante bien ambientado al estilo japonés, la comida muy sabrosa y con cosas al puro estilo Japón. Un sitio para disfrutar de ese ambiente y con un servicio muy atento y amable por parte de Fran. Para repetir sin dudarlo!

Absolutamente maravillosa la experiencia. De lo mejor que he comido en un restaurante japonés. Hemos pedido 4 platos para probar y a cada cual mejor. Mucho sabor y se te deshace en la boca. Por no hablar del trato q nos ha dado el camarero Fran, debería estar muy orgulloso de como hace su trabajo. 10/10