Lara Grill

Riquísimas hamburguesas. Comenzamos con la tabla criolla duo para probar un poco de todo: tenders, tequeños, arepas y patacones 🥰 buenísima, con salsa ranch y papelón☺️ el papelón lleva caña de azúcar❤️. Nos encantaron los patacones, discos de plátano macho verde, fritos y cubiertos con queso latino, carne mechada y guacamole 🥰 Los tequeños buenísimos, dados de quesos venezolanos, ideales para los amantes del queso. Muy originales los pepitos, una especie de sándwich relleno de carne y muuucho queso, muy bueno y no light probamos el Jack, con carne de vaca y pollo a la plancha, chorizo, pimientos y fondue de queso El pan se llama canilla, esponjoso por dentro y crujientito por fuera 😉 Brutal la hamburguesa Angustiada, con salsa de papelón ahumada. La mantequilla de trufa le da un toque muy genuino y delicioso 😍 Cuando ya pensábamos que no podíamos más, se pronunció la palabra postre y como no supimos decidirnos, pedimos los dos que nos recomendó el camarero: brownie mix y batido de kinder con topping de tequeño de nutella madre mía, qué barbaridad. Hemos salido rodando Muy buena relación calidad-precio. Los camareros son muy atentos y agradables, muchas gracias a Antoniel por sus buenos consejos, todas tus recomendaciones de 10. Lara Grill cuenta con varios restaurantes en Madrid y Barcelona.

El menú del día por 13.9€ está bastante bien, sobre todo con los pepitos y se puede cambiar la guarnición de patatas normales por boniato por +1.4€. Las hamburguesas también estaban ricas, pero el pepito criollo muy bien. Los postres son sencillos, pero también están ricos. Las sillas son un poco incómodas para pasar mucho tiempo.

Comimos en Lara grill un sábado. Cuando llegamos allí, Antoniel ( un camarero), nos recomendó un brunch, el cual incluía dos consumiciones, 1 tequeño, 1 arepa, 1 sticker de pollo y una hamburguesa con complemento a elegir por tan solo 20€. Pese a que el precio estaba muy bien, las hamburguesas se nos hicieron muy pesadas. Lo que más nos gustó fueron los entrantes que eran espectaculares y el trato de Antoniel, camarero excepcional. Para finalizar con el brunch, Antoniel nos ofrecimos dos chupitos presentados en una jeringa lo cual nos sorprendió gratamente.