Taberna La Carmencita

Vinimos a cenar un lunes. Que bueno es este lugar!! Me encanta. Soy vecina del barrio y clienta habitual. El servicio es excepcional. Muy atentos a la mesa y explican muy bien los platos. Además nos enseñaron los platos fuera de carta. Lo mejor los huevos con morcilla y la ensalada de solomillo de tomate. Gracias por existir.

Taberna La Carmencita , mucho más… Me fascinan los lugares centenarios que conservan su carácter tradicional. Situada en pleno barrio de Chueca, sus orígenes se remontan al año 1850 y está reconocida como la segunda tasca más antigua de Madrid. De ese año se conservan la peculiar barra y los hermosos azulejos que gozan de especial protección. Este lugar ha sido frecuentado por grandes ilustres de la talla de Federico García Lorca. En la actualidad series de televisión no dudan en realizar el rodaje de algún capítulo aquí. Pero lo mejor es que su encanto no radica en su historia ni en sus interiores sino en las casi 70 propuestas gastronómicas de su también castiza carta. Yo fui a tomar el vermut artesanal pero me finalmente me decanté por su cerveza también tradicional. Pedí un mix que tienen de fritos compuesto de croquetas, queso frito, rabas de calamar y patatas fritas. Absolutamente todo casero y el calamar fresco de delicioso sabor servido con un cesto de pan exquisito. Por si fuera poco, te sirven unas rebanadas de pan con paté casero. Además de todo lo que he reseñado tengo que resaltar la atención recibida por parte de una simpática y atenta chica argentina que me contó la historia del lugar y me explicó las distintas elaboraciones así como los vimos que tienen. Un encanto!! Sin duda alguna volveré y lo recomiendo 100%.

La taberna la Carmencita en la calle Libertad en Chueca pertenece al grupo cántabro DeLuz propietarios de café Angélica, Celso y Manolo, El Súper de los Pastores, etc ... Está declarada la segunda taberna más antigua de Madrid (detrás de la taberna de Antonio Sánchez en Lavapiés, Casa Botín el restaurante más antiguo del mundo no es taberna). Su origen se remonta a 1854 y allí acudieron escritores como Benito Pérez y Galdos, Lorca, Pablo Neruda, Jacinto Benavente o actualmente Vargas Llosa, sin embargo el nombre es de 1925 cuando Carmencita y Pepín se hacen cargo del local, posteriormente pasó por varias manos (llegó a estar las paredes recubiertas de pladur), estuvo 7 años cerrada, hasta que en 2013 el grupo DeLuz la renueva y la da un impulso que la salva posiblemente de su paulatina destrucción. Actualmente la Comunidad de Madrid ha declarado a la barra originaria desde sus inicios de estaño y maderas nobles como bien protegido. También destacan sus azulejos y maderas todo originario. La comida que sirven es madrileña y cántabra, productos de calidad todo elaborado a mano sin congelar, aquí se pueden tomar unas rabas de calamar de las de verdad (no pota ablandada con sulfitos como ocurre con los famosos bocadillos de "calamar"). Abren sobre las 13:00 y mantienen la cocina abierta todo el día. Mi experiencia cuando me tomé una caña (con una ración generosa de aceitunas de tapa) fue maravillosa, la encargada una maravilla de persona, tengo pendiente venir a comer.

Tenía ganas de ir a La Taberna de la Carmencita y ha estado bien. Probamos: Las alcachofas fritas con su salsa Las Rabas Las albóndigas Callos estaban bien pero el arroz que venía como guarnición no vale nada, pasado de cocción, desmerece el plato; quizás unas patatas fritas o unos garbanzos, habrían sido mejor acompañamiento. El postre, la tarta tatin, muy rica El pan, muy bueno El servicio, la camarera, muy rápida, pendiente de nosotros, y atenta El precio correcto