Fellina

Cocina italiana de primer nivel en un ambiente muy agradable y ubicación perfecta. Cambio de turno a las 10:30, tiempo suficiente. Spaguetti tartufo y huevo poché, tortelloni neri con crema de gambas, cannoli de pistacho. La pasta es fresca. Mejorable… la cerveza 😉 (solo merece la pena la italiana) Precio estupendo Hay que reservar

La comida estuvo muy bien, pedimos pizza y ensaladas para compartir. La camarera que nos atendió fue muy maleducada, dejo mucho que desear su educación hacia el cliente. Sin embargo el encargado se comportó de forma correcta cuando le hablamos del inconveniente. Los chicos de la barra de Anónimo y el en cargado un 10 en atención, sin duda por ellos seguro volvemos y recomendamos.

Restaurante de 10, muy bien decorado y buen ambiente, muy acogedor. Destaco el buen trato que nos dieron y sobretodo admiten mascotas, recibieron a mi perrete con mucho mimo y nos quitaron una silla para poder acomodarlo a nuestro lado y pueda tener su espacio, y por supuesto su cuenco de agua. En cuanto a la comida, nos pusieron una tabla con queso y mortadela riquísimo mientras esperábamos la comida, las alcachofas nos sorprendieron estaban espectaculares, la pizza frita muy bien hecha y sabor muy rico y el risoto es lo que menos destacaría porque nos sorprendieron los otros dos platos mucho más, pero de sabor estaba muy bueno. Sin duda repetiré para poder probar muchos más platos que ofrece su carta.

El servicio muy rápido y atento. Las pizzas estaban muy buenas, los bastones de queso sin más, no repetiría como entrante. Los postres un 10, sabrosos y con la temperatura perfecta. Las únicas pegas que pongo es que son muy estrictos con el tiempo para cenar por mesa, y nada más sentarte lo remarcan bastante, a parte de que en la planta de abajo hace frío siempre.

Para mí este es uno de los mejores italianos de Madrid pero debo decir que el servicio ha ido a menos. Hay gente muy joven atendiendo a los clientes, desde la recepción hasta las mesas, que se nota que hacen su mejor esfuerzo pero carecen de experiencia, y esto también se nota. El tema de la distancia entre mesas puede ser un poco agobiante si no te gusta tener gente muy cerca. Te enteras de absolutamente todas las conversaciones que te rodean aunque no quieras. El resto, bueno como siempre. Platos ricos, bien presentados y generosos. Seguiré yendo porque me gusta mucho su cocina.