Esteban

Uno de los primeros sitios que abrieron en la Cava Baja. Un lugar con solera que ha mantenido un alto nivel a lo largo de los años y dos generaciones. Se come muy bien. Estoy deseando que llegue el invierno para ir allí y comerme unas alcachofas (increíbles) y unos pericos (espárragos blancos, también brutales). El rabo de toro y los guisos están también muy muy buenos. Y para mi, lo mejor, lo majos que son tanto el dueño como los que allí trabajan codo con codo con el. Un gran sitio para comer, ya sea sentado en una mesa como tapeando en uno de los barriles.

Nos encantó el trato, nos encantó la comida y nos encantó el restaurante. Silencioso y tranquilo. Los camareros no pudieron ser más amables. Nos pedimos unas croquetas y unos huevos rotos. Cuando terminamos de comer nos pusieron una crema de orujo casero que estaba brutal. Cuando les dijimos que estaba buenísima nos pusieron un vasito extra. Total que nos fuimos encantados. Cuando volvamos a Madrid (que será pronto porque nos encanta) este será uno de los sitios donde repetiré. Saludos desde Málaga y gracias!

Llegamos pensando que no habría sitio y nos ofrecieron una mesa en el salón de tapas donde puedes comer de la carta de tapas o de. restaurante. La comida estaba muy buena. Las migas muy buenas pero las albóndigas otro nivel, tremendas. De segundo pedimos chuletón, de sabor estaba muy bueno, el único pero es que estaba un poquito duro. Pero lo mejor todo es el servicio, todo restaurante tendría que tener una camarera como Rosa.

Nos ha gustado mucho. El trato ha sido muy bueno. No me ha gustado que los aperitivos que te traen te los cobren, muy al estilo de los restaurantes en Portugal. Es la primera vez que me pasa en España. Por lo demás las croquetas bien, sin ser nada de otro mundo pero el chuletón estaba de 10. Recomendable.

Maravilloso restaurante tradicional madrileño. Excelente producto, excelentes los guisos y los asados. Los callos para ponerles un piso, y el crujiente de la piel del cochinillo te riza el pelo a la "permanent". La atención de los empleados y de la dueña ya roza lo excepcional. Te tratan como si estuvieras en tu casa. Y a los postres no les hice foto porque fueron vistos y no vistos. En resumen, junto al local que rezuma historia, ha sido una experiencia más que una comida. Más que recomendable.

Genial! Lo elegimos por casualidad, ya que parecía más tranquilo y menos enfocado al turismo que la mayoría, y la verdad que fue una gran sorpresa. Todo bien, pero sin duda lo mejor fue el servicio. Personal muy agradable, atento y que se ve que le gusta lo que hace. Todo un acierto y totalmente recomendable.