De Maria Preciados

Fui a comer con mi familia a este restaurante. El local lo han reformado pero mantiene la esencia de los restaurantes De María con su madera y su parrilla a la vista del cliente. De entrante como aperitivo te ponen cava, un vasito de gazpacho y unas bolitas de queso. El aperitivo está rico pero me hizo gracia ver que lo cobran después cuando es algo que no pides y de lo que, en principio, puedes prescindir. De entrante pedimos unas flores de alcachofa a la brasa con sal y un chorizo criollo. Como segundo pedimos rape a la plancha y entraña fileteada. Ninguno de los platos principales trae guarnición, por lo que pedimos aparte una patata asada y unos pimientos asados. Ambos platos estaban ricos. La carne especificar el punto mejor porque por lo general la sirven poco hecha, de hecho nosotros pedimos que nos la pasaran otro poco por plancha pero aún así estaba jugosa. De postre pedimos dos “pájaros tropicales” que consiste en una cáscara de piña rellena con trozos de piña y crema, y por arriba una capa de azúcar tostada como la crema catalana. El postre no merece la pena pedir este, está rico pero apenas tenía nada de relleno. La crema era casi inexistente y tenía muy pocos trocitos de piña. El servicio fue lo que falló un poco en el aspecto de que no estaba el local lleno y tardaron mucho en servir entre plato y plato. Además, cuando nos trajeron las alcachofas al ir a servirlas había un plato en el pelo, el cual es cierto que nos retiraron sin poner pega y nos sirvieron otro nuevo. La comida no está mal y las raciones están bien de tamaño pero creo que el precio es exagerado. Cobrar 26 euros por un pescado a la plancha me parece un poco desorbitado. Cierto que quizá se paga la ubicación en pleno centro de Madrid.

Excelente atención y productos de primera calidad. Lo han reformado y esto lo hace aún más agradable y acogedor. Buena relación calidad precio y cuidan cada detalle con el cava de bienvenida y luego el postre y sorbete cortesía de la casa… Lo mejor de lo mejor la carne y el chorizo criollo que nos comimos!!! Recomendado!!!

Todo muy bueno, tanto los entrantes como el plato principal. La parrilla está expuesta al cliente lo cual da un plus de confianza y transparencia. Para ser un sábado a las 3 de la tarde nos acomodaron y atendieron enseguida. Una lástima que nos pusiesen en la terraza pues el interior, gracias a la decoración y el uso de la luz dan un aspecto de elegancia al restaurante. Además se nota que las mesas no están demasiado juntas, permitiendo cierta privacidad y por tanto propiciando un ambiente tranquilo, no vas a escuchar voces ni te va a molestar un trasiego de gente continuo. Inmediatamente al sentarte te ofrecen cava, salmorejo, mantequilla, tres tipos de pan y pops de queso. Pedimos huevos rotos con jamón y chuletón fileteado para dos personas poco hecho. Al terminar sirven sorbete de limón y tejas de almendra. En total algo más de 100 euros pero pagados muy agusto.