Casa Sotero

Un restaurante muy recomendable, con un trato impecable. Miguel, el dueño, es un profesional de la hostelería, se nota que le encanta su profesión y su añades unos productos de calidad junto a un ambiente muy agradable. Si te gusta la casquería y los platos típicos de Madrid, como las mollejas al ajillo, no dejes de ir 👌😋

Me lo recomendaron y ahora lo recomiendo!!! Tienen unos churros de muerte (pero por buenos) crocantes, nada aceitosos y puedes pedírtelos con azúcar 👌 Me falta probar la oreja y aunque los precios ya no son como antes, en comparación a los locales que tiene en los laterales, es como el bar de barrio. Nada que envidiar!! En la mañana está vacío así que puedes aprovechar a estar tranquilo porque todos se van al Vienna (efecto borrego) pero este lugar está mucho mejor, super limpio y amables 👌😊

El sitio favorito de mi barrio desde sus orígenes entrañables en Bravo Murillo y donde a todas las personas que llevo, se terminan sintiendo parte de él como mis padres, desde entonces. Su género es espectacular, su carta es variada y la calidad-precio es insuperable. Perfectamente comunicado con transporte público y para aparcar ahora mismo hay un buen parking enfrente aunque con suerte, puedes aparcar alrededor. Todo lo que hacen es una auténtica delicia pero son mis bravas, torreznos y sepia favoritos en el mundo. Su valor añadido es el trato de todo su equipo, sencillamente espectacular, encabezado por su gran capitán, Miguel, un profesional excepcional y mejor persona. Los vinos, los petronios con chocolate o la tarta de queso, brutales, y así un no parar. Os merecéis todo lo mejor del mundo, siempre en vuestro equipo ❤️🙏

Siempre que puedo me escapo a tomar mi aperitivo o intento comer ahí, la comida de 10 y el trato por parte de Miguel y el resto es genial, cuidan los detalles, son súper amables y la comida es de calidad. Me encanta el jarrete que preparan, eso es de otro mundo. Gracias por vuestro trabajo y amabilidad. De 10 casa sotero.

Uno de mis sitios favoritos de Madrid. TABERNA con todas las letras y en mayúsculas, y con todo el espíritu de la palabra. Repertorio clásico, con recetas que ya son difíciles de encontrar, casquería, riñones, mollejas, callos, escabeches, oreja (excelsa esta ultima). Trabajan solo con producto de primera y no tienen plato malo. Las croquetas, de jamón, bacalao, (y en invierno también las de cocido), son para mi las mejores de Madrid (junto con las de Casa Alberto, donde también las bordan). La Mahou verde de grifo la tiran como nadie y tienen una selección de vinos bastante aceptable (a los tintos por copas les falta algo de fresco, una cava no les iria mal). El local en su nueva ubicación no vale gran cosa pero cumple, y el ambiente siempre es agradable. El servicio ayuda mucho porque no pueden ser mas majos y eficientes. El dueño, además, siempre está por allí en hora punta y eso se nota. Tiene 2 terrazas aunque yo prefiero la barra. De precio no van baratos, pero la calidad se paga. Por ponerle un pero, los precios de la carta me parecen un poco descompensados. En resumen, ojalá hubiera muchos sitios mas como este. Un imprescindible de Madrid.

Excelente sitio para tapear, comer o tomar algo. Se cambiaron de local y está fenomenal. Mas amplio, luminoso y con más mesas y, aunque se perdió un poco el encanto del anterior en B Murillo está fenomenal. Buena tapas, cañas bien tiradas, vinos por copas y raciones de toda la vida: torreznos, mollejas, bravas, all i oli, conejo, croquetas, laterío vario de calidad y chacinas. José Miguel su mujer y su equipo son unos cracks. Buenos aperitivos con cada consumición. 100% recomendable. Volveré sin dudarlo